
Parece que todos los esfuerzos del candidato republicano, John McCain, a la Casa Blanca por distanciarse de la política del actual presidente, George Bush, han vuelto a caer en saco roto. El senador de Arizona ha servido en bandeja las tan odiadas comparaciones con el mandatario estadounidense tras reconocer su apoyo al levantamiento de la regulación federal que impide realizar excavaciones de petróleo en las costas norteamericanas.
Mientras los precios del crudo siguen enfureciendo al electorado, McCain ha decidido tirar por tierra sus principios medioambientales y hermanarse con Bush en su intento por convertir las costas del país en un avispero de pozos de petróleo. Sin embargo, la jugada podría costarle cara. Por un lado, los grupos ecologistas han puesto el grito en el cielo y por otro, es difícil que el Congreso, de mayoría demócrata acabe por levantar la mano al respecto.
Reservas amontonadas en las costas
Durante un acto de campaña en Houston, Texas, el senador no dudó en reconocer que "debemos embarcarnos en acabar con la dependencia del petróleo extranjero" a lo que añadió que "tenemos cerca de 21.000 millones de reservas amontonadas en nuestras costas", por eso, animó al gobierno federal a levantar sus sanciones. Por supuesto, la hipotética situación se convertiría en una "conquista del Oeste", donde también se pondría en peligro el santuario ecológico del refugio del Círculo Polar Ártico.
De momento, parece que la bahía de Bristol, uno de los ecosistemas marinos más importantes del mundo, no se librará del azote causado por la búsqueda de petróleo. Esta zona, junto con los mares de Beaufort y Chukchi, es la cuna que acoge a la mayor parte de osos polares, pero los cerca de 85.900 millones de barriles que el Servicio de Gestión de Minerales a MMS cree que existen bajo las costas estadounidenses supone una moneda de cambio difícil de rechazar a cambio de salvar a estos animales. Sin embargo, otro responsable del Gobierno del presidente Bush absolvió a la industria del petróleo en Alaska de cualquier culpa por los infortunios de estos plantígrados.
Aunque McCain ha afirmado que ese área, donde viven cerca de 4.700 osos polares, sería intocable, es cierto que dada la jugosa paricipación de oro negro en la zona sería muy difícil frenar los pies a las grandes compañías de petróleo.
Camino libre
Michael Eckhart, presidente del Consejo Americano de Energías Renovables, (ACORE, por sus siglas en ingles) explicó a elEconomista que "las compañías de petróleo siempre han tenido el camino libre para hacer lo que les ha venido en gana y eso debe cambiar". "Los republicanos deberían comenzar a tener esto en cuenta y sobre todo McCain parecía predecir un posible cambio, que dada la situación, es poco probable que suceda".
El crudo se ha convertido en el nuevo centro de atención de la campaña electoral, acercándose de nuevo peligrosamente a la barrera de los 140 dólares por barril. Así, McCain no ha dudado en versar sus últimos discursos alrededor de este tema. Por un lado, propone el levantamiento de ley que impide las excavaciones costeras, aunque también ha hechado un rapapolvo a los especuladores del mercado por ser responsables de esta escalada de precios. Además, el ex combatiente de Vietnam quiere implantar nuevas plantas nucleares en EE.UU como mejor respuesta a limitar la emisiones de CO2 a la atmósfera.
Obama le saca ventaja
Sin embargo, Obama le saca ventaja en estos menesteres. Una encuesta llevada a cabo por el Washington Post afirma que el senador demócrata saca más de diez puntos de ventaja a McCain en lo que se refiere a sus propuestas energéticas.
"Los demócratas siempre han visto las energías renovables como una forma de crear empleo y hacer crecer la economía", aseguró Eckhart. Eso es cierto, al menos eso se deduce de las propuestas del candidato demócrata a la Casa Blanca que además apoya ferviertemente la investigación y el desarrollo de nuevas formas de energía.
Rumore, Rumore
Fuera de la campaña oficial, el hervidero de la campaña sigue a punto de ebullición. Hoy el New York Times publica un interesante artículo sobre la mujer de Obama, Michelle, que últimamente ha hecho correr ríos de tinta. Al parecer, la candidata a primera dama, que aparecerá esta mañana en The View, el talk show matinal de la cadena ABC, se está sometiendo a un descomunal cambio de imagen. Como ya se informó en Ecodiario, Michelle ha sido tachada de racista y antipatriótica en numerosas ocasiones, por eso, tanto su marido como su equipo de campaña preparan una agresiva campaña para "dulcificar" su imagen.
Hablando de racismo, duarante la convención republicana del estado de Texas, se repartieron chapas que preguntaban "si gana Obama ¿seguiremos hablando de Casa Blanca?", por supuesto, este tipo de eslóganes son una prueba de mal gusto.