El gobierno estadounidense ha ofrecido ayuda a las personas que no pudieron contratar a tiempo un seguro de salud a través de la página web federal, como parte de la controvertida reforma de salud impulsada por el presidente Barack Obama.
La fecha límite para contratar estos seguros que entran en vigor el 1 de enero ha sido pospuesta de forma repetida y fue finalmente fijada para la medianoche de este martes, tras problemas en la web que entorpecieron el proceso.
Pero ahora el Departamento de Salud, que gestiona el programa, afirma que si alguien no pudo contratarlo para esa fecha todavía puede lograr un seguro de salud para el nuevo año.
"A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, puede haber retrasos debido a un gran tráfico en HealthCare.gov, períodos de mantenimiento u otros problemas", afirma un mensaje en la web.
Si alguien no pudo contratar un seguro a tiempo, afirma, "no se preocupe, todavía podemos ayudarle a tener una cobertura de salud el 1 de enero".
El mensaje facilitaba números de teléfonos de atención al cliente y solicitaba a los usuarios que dijeran al agente que les atendiera que trataron de suscribirse y explicaran las razones por las que no lograron hacerlo antes de la fecha límite.
"Ellos pueden decirle qué hacer y finalizar su contratación y todavía logrará cobertura para 2014", afirmó.
La controvertida salud estadounidense
La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Accesible es el mayor logro interno del presidente Obama hasta el momento, y consiste en ofrecer un seguro a millones de estadounidenses que no lo habían tenido antes, algunos por razones como poseer condiciones médicas como enfermedades del corazón, que hacían que las compañías no quisieran asegurarlos.
El no contratar una cobertura adecuada antes del 31 de marzo podría suponer una multa según la nueva ley.
Obama afirmó a la prensa el viernes que más de un millón de estadounidenses ya habían contratado el nuevo seguro.
La retahíla de problemas con la página del gobierno para hacerlo, healthcare.gov, ha sido utilizada a su favor por los republicanos, que afirman que no es asunto del gobierno intervenir en el mercado de seguros de salud privado o dictar a los estadounidenses sobre qué hacer en este terreno.
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