Estados Unidos

La conexión entre el conflicto checheno y los atentados de Boston se resquebraja

Los hermanos Tsarnaev, autores del atentado de Boston. Imagen: REUTERS

El atentado terrorista en el maratón de Boston dejó tres personas muertas y más de 170 heridas arrebatando la paz a una ciudad icono de EEUU por su carácter abierto y multicultural. Los islamistas del Cáucaso se desvinculan del atentado en Boston de los hermanos Tsarnaev

Tras un enorme despliegue policial -y una abrumadora cobertura mediática- se identificó y localizó a dos sospechosos: los hermanos de origen checheno, Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev, de 19 y 26 años, respectivamente. El mayor fue abatido y el menor está en el hospital, con una herida que quizá nunca le permita recuperar el habla. Muchas preguntas quedarán por largo tiempo sin respuesta. De momento no puede más que establecerse -por el origen checheno de los presuntos autores- una vaga conexión con los años de conflicto, terrorismo, represión y violencia en Chechenia.

Un ataque independiente

Los últimos datos en su canal de YouTube denotaban interés por contenidos religiosos de orientación radical y actividades terroristas. Este comportamiento unido al tipo de arma utilizada apuntan hacia un móvil yihadista. De acuerdo con las estadísticas, los extremistas suelen utilizar artefactos explosivos improvisados en sus ataques por el fácil acceso a información sobre su fabricación en páginas de Internet de líderes islamistas. Y con este tipo de armas -dos ollas cargadas de clavos, metralla y balines -atraen mayor publicidad. Sin embargo, los especialistas no creen que se tratara de un ataque ordenado por una organización sino que actuaron de forma independiente.

El portavoz del líder checheno, Ramzán Kadírov, ha advertido que cualquier intento de trazar algún vínculo entre Chechenia y los Tsarnáev, si son encontrados culpables, será en vano. Crecieron en América, sus opiniones y convicciones se formaron allí. La familia Tsarnaev hace muchos años que se trasladó de Chechenia a Kazajistán y desde allí a EEUU.

Said Tsarnaev, un familiar residente en la capital chechena, Grozni, afirma que los Tsarnaev han sido víctimas de un complot de Rusia para incriminar a los chechenos. Acusa a Moscú de haber transmitido, a través de su servicio secreto, informaciones falsas a EEUU contra Tamerlan y Dzhokhar. Su objetivo: convencer a Occidente de que la insurgencia islamista que opera en el sur de Rusia, al norte del Cáucaso, tiene capacidad para actuar en todo el mundo y atentar en EEUU. Al igual que sus familiares, Said -un fotoperiodista que ha trabajado para varios medios, incluido Reuters, informandod sobre el conflicto de Chechenia desde el terreno- ha negado que los hermanos hayan cometido los atentados asegurando que, aunque eran devotos musulmanes, no eran extremistas. Es cierto que el wahabismo radical y expansionista apoyado por la corona saudí, llevó dinero de Al Qaeda a Chechenia en un momento en que la república sufría un severo bloqueo económico de Moscú.

La insurgencia islámica que nació en Chechenia a principios de los 90 hace tiempo que se extendió a las repúblicas hermanas de Daguestán, Ingusetia, Osetia del Norte, Kabardia-Balkaria y Karacháyevo-Cherkesia. Así que los seis meses que en 2012 Tamerlán Tsarnaev pasó en Daguestán pudieron ser decisivos para su adoctrinamiento en la yihad islámica, aunque ellos niegan cualquier vinculación.

Ahora los insurgentes tienen además células en Baskortostán, Tartaristán y en las repúblicas exsoviéticas del Asia Central. Y es frecuente encontrar combatientes norcaucásicos en Afganistán, Irak o Siria. También en Libia durante el derrocamiento de Gadafi. Sus fuentes de financiación, según el Kremlin, provienen de países árabes. Moscú se ha propuesto erradicar o debilitar lo más posible a los grupos islámicos arraigados en esas repúblicas, sobre todo teniendo en cuenta la cercanía de la zona norcaucásica a Sochi, sede de la Olimpiada de Invierno de 2014. Es preciso recordar que antes de atentar en Irak y Afganistán, el yihadismo internacional llevaba ya años curtiéndose en los conflictos de la periferia de la extinta URSS y también en Yugoslavia.

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