
El vertido del Golfo de México comienza a hacer en mella en los planes de futuro de British Petroleum, en Estados Unidos. Varios grupos sindicales ya han comenzado a mostrar su preocupación por la repentina ralentización del proyecto de construcción de una planta petrolera de la británica en Indiana. Mientras tanto, BP insiste en que los 3.800 millones de dólares invertidos en la renovación de dicha refinería no sufrirán ningún tipo de retraso, sin embargo, los constructores insisten que ya se han despedido a casi una veintena de personas y las obras se han paralizado.
Según informaba el Chicago Union News, el proyecto que emplea a 2.500 personas, entre constructores, albañiles, pintores, electricistas y demás, ha sufrido retrasos en las últimas semanas y el volumen de trabajo se ha reducido considerablemente. Para el sindicato de electricistas de la obra, el International Brotherhood of Electrical Workers Local 697, la tensión es máxima ya que desde el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México ya se han despedido a 16 empleados y se "ha pasado de contratar a congelar la plantilla".
Este hecho, aunque aislado, ya ha comenzado a plantear dudas sobre el impacto que tendrá el vertido en las operaciones norteamericanas de BP y especialmente los distintos proyectos de desarrollo que tiene en marcha. En sus últimos cálculos, BP estima que el coste de limpieza y recolección asciende hasta los 1.600 millones de dólares y afirma que es demasiado pronto para determinar la factura final.
Todavía no habrá decisiones definitivas
British Petroleum (BP) esboza hoy una hoja de ruta contrareloj que permita a su presidente del Consejo de Administración, Carl-Henric Svanberg, presentar el próximo miércoles un plan claro y conciso al presindente norteamericano, Barack Obama. De momento, la reducción del dividendo de la petrolera parece asegurado.
Al menos así lo confirmaba el pasado fin de semana el británico The Times, que hizo referencia a una reunión del consejo de la compañía que tendrá lugar hoy y en el que sus miembros plantearán una reducción del dividendo como mejor solución para tratar de firmar la paz con el mandatario estadounidense. Según fuentes de la patrolera, los directores del consejo tienen intención de recortar sensiblemente sus retribuciones a sus accionistas pero no eliminarlos completamente. "Saben que las circunstancias no son normales", ha asegurado al rotativo.
Aún así, Sheila William, portavoz de BP ha explicado que "se barajarán varias posibilidades", en referencia a la reunión de hoy, aunque ha apuntado que "no se espera una decisión definitiva esta semana".
Las amenazas de Obama
BP, que cuenta entre sus consejeros para lidiar con este delicado asunto con John Studzinski, de Blackstone o con el banco Goldman Sachs, ha perdido en los últimos dos meses el 40% de su valor en bolsa y eso le convierte en una presa perfecta para una posible oferta de compra por parte de Exxon Mobil o Chevron que podrían permitirse pagar las 73.000 millones de libras esterlinas que vale la compañía.
Durante el pasado fin de semana, los ataques de la administración Obama se agudizaron mientras los expertos aseguran que el vertido provocado por la explosión y posterior hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon escupe hasta 40.000 barriles de crudo diarios al Golfo de México.
BP no espera triplicar su capacidad para recoger el crudo hasta mediados de julio, cuando podría llegar a capturar hasta 50.000 barriles diarios. Con la tensión a flor de piel, el jefe de los guardacostas de EEUU, el almirante James Watson ofreció un ultimátum de 48 horas a BP para tomar medidas más agresivas y detener la fuga, en una carta enviada el pasado viernes a la compañía.
Por su parte, Obama mantuvo una conversación telefónica el pasado sábado con su homólogo británico, David Cameron, al que aseguró que su frustración sobre el vertido no es, bajo ningún concepto, un ataque deliverado contra el gobierno del Reino Unido. De todos modos, fuentes cercanas a la Casa Blanca explicaron que el demócrata pedirá el próximo miércoles a Carl-Henric Svanberg la creación de una cuenta con fondos de BP y administrada por terceros para hacer frente a los reclamos de pequeños empresarios y otros ciudadanos afectados por el vertido. Los medios de comunicación de EEUU dijeron que Obama pediría miles de millones de dólares a la británica.
Además, el presidente de EEUU quien viajará de nuevo a la zona esta semana centrará su discurso de mañana por la noche en horario de ?prime time? para presionar aún más a la petrolera.