Estados Unidos

Obama se empeña en su reforma sanitaria y augura el comienzo del fin de la recesión

El presidente estadounidense Barack Obama dijo este miércoles en una reunión encaminada a promover la reforma del sistema sanitario público, que Estados Unidos estaría viendo probablemente el "comienzo del fin de la recesión".

En su intervención inicial en la reunión con los votantes, encaminada a promover la reforma del sistema sanitario público, Obama aseguró que "hemos detenido la caída en picado" de la economía, los mercados suben y la pérdida de empleo se ha reducido a la mitad que hace seis meses, cuando llegó al poder.El desempleo alcanza cerca de 10% en Carolina del Norte, por lo que Obama admitió que "ésto ayuda poco si uno perdió su trabajo y no ha encontrado otro".

Estados Unidos pierde ahora "casi la mitad" de los puestos de trabajo que perdía cuando asumió el cargo en enero, alegó en defensa de su plan de reactivación de la economía.

Con el objetivo de poner la economía nuevamente en marcha, Obama aprobó un plan por 787.000 millones de dolares en febrero, destinado a poner fin a la peor crisis económica que afectara al país desde la Gran Depresión de los años 30.

¿Por qué EEUU no quiere una sanidad pública?

La decisión del Senado de aplazar hasta septiembre la votación que debe poner en marcha el nuevo modelo sanitario ha supuesto todo un correctivo para Obama. El presidente quería zanjar el asunto antes del 7 de agosto, pero tendrá que esperar para hacer efectiva su promesa electoral.

Los republicanos, que se han opuesto a cualquier reforma sanitaria que perjudique a las grandes aseguradoras, los laboratorios farmacéuticos y los hospitales privados.

Los precedentes no pueden ser menos halagüeños para el presidente. Bill Clinton hubo de renunciar a su reforma sanitaria después de que el Congreso descabalcara el proyecto elaborado bajo la dirección de su esposa Hillary. El 'lobby' sanitario, junto con el Partido Republicano en pleno, una parte significativa del Demócrata y el apoyo de las clases medias de la llamada América profunda, -adversarias tradicionales de la injerencia del Estado en lo que considera asuntos privados- impideron la reforma. ¿Lo conseguirá ahora Obama?

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