En un esfuerzo por mantener la calma, el presidente Barack Obama, ha asegurado durante una rueda de prensa desde la Academia Nacional de las Ciencias, que los funcionarios estadounidenses estaban monitoreando de cerca los casos de gripe porcina en el país, sin embargo dejó claro que la situación actual no debía levantantar el pánico entre los ciudadanos causa.
"Esto es obviamente una causa para preocuparse y requiere una ampliación del estado de alerta, pero no es una causa de alarma", explicó.
Obama puso de manifiesto que la medida de su Gobierno de declarar un estado de emergencia pública de salud en el país se tomó como "precaución" para dar a los funcionarios de sanidad los recursos necesarios para responder rápidamente y de manera efectiva a la amenaza de la gripe.
A pie de calle, la situación era algo distinta. En la farmacia de Duane Reade en la esquina de la calle Clinton, cerca de East Broadway, un par de clientes se llevan un decena de cajas con guantes esterilizados y mascarillas. Sus medidas de "prevención" han provocado que las cadenas de droguerías y farmacias como CVS o Walgreen se preparen por si una avalancha de estadounidenses acude en masa a sus centros en busca de distintos productos de higiene.
El miedo, una política que funciona
Una de las personas que se lleva un par de jabones y mascarillas reconoce que "los medios de comunicación, especialmente los programas de televisión, han levantado un pánico desconsiderado haciéndonos creer que nos vamos a morir". "Esto puede ser contraproducente y muy peligroso", reconoce Bobby Joe, de 37 años.
Sin embargo, el miedo es una política que funciona a la perfección a este lado del Atlántico. De hecho, en el CVS cercano a la escuela de St. Francis en el barrio de Queens, las recetas de Tamiflu están a la orden del día. Cabe recordar que en este centro se han confirmado ocho casos de gripe. "Desde el comienzo de la epidemia las ventas de Tamiflu, mascarillas y guantes han aumentado en el área de Nueva York considerablemente", reconoció a Bloomberg, Michael DeAngelis, el portavoz de los laboratorios Roche, fabricantes del retroviral Tamiflú.
Pánico entre los ilegales
Especialmente, el pánico se ha despertado entre los trabajadores ilegales que carecen de seguro médico que costee el acceso a cualquier tipo de tratamiento. "No sabemos cómo evitar contagiarnos", reconoce María Gonzales, una asistenta sin papeles que compró un par de medicamentos comunes contra el resfriado.
De momento, el coste de la pandemia podría llegar a alcanzar los 3 billones de dólares, según las primeras estimaciones. El gobierno de EEUU ha declarado el estado de emergencia sanitaria y ha puesto en marcha todos sus esfuerzos para detener el virus.
Al menos 40 casos de gripe
Las autoridades norteamericanas han confirmado la existencia de 40 casos de gripe en el país, mientras se preparó una advertencia preventiva que no aconsejaba a los estadounidenses viajar a México. El director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el doctor Richard Besser, dejo claro que, de momento, la enfermedad en EEUU era "menos severa que en el país vecino".
Aún así, explicó que varias personas que mantuvieron contacto con casos confirmados de gripe porcina desarrollaron síntomas gripales, lo que podría significar el paso al nivel 4 de alerta de la OMS. "El virus está actuando ya como el virus de la gripe y se transmite de persona a persona", aseguró Besser.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, confirmó nuevos 20 casos de gripe porcina en la ciudad, con lo que ya son 28 las personas infectadas por el virus. Además indicó que podría haber otros 17 más, en una conferencia de prensa.