Estados Unidos

El Senado de EEUU logra un principio de acuerdo sobre el plan de estímulo de Obama

Los líderes demócratas y republicanos del Senado de Estados Unidos han alcanzado un principio de acuerdo sobre los 780.000 millones de dólares que componen el plan de estímulo económico, según informaron varias cadenas de televisión. El principio de acuerdo ha sido alcanzado tras una semana de intensas negociaciones sobre cómo reducir el gasto fiscal del plan de estímulo, lo que allana el camino para su votación definitiva.

Aún así, el senador demócrata Charles Schumer cree que el plan de estímulo no cuenta con los 60 votos mínimos necesarios para ser aprobado en el pleno de la cámara alta, tan pronto como este viernes en la noche.

La senadora republicana Susan Collins, que ayudó a negociar el acuerdo, tampoco tiene esperanzas de que se apruebe. En todo caso, la versión que salga del Senado tendrá que ser armonizada con la de 819.000 millones de dólares que aprobó la Cámara de Representantes la semana pasada.

"Es irresponsable no aprobar el plan"

Antes de pactar el acuerdo, la versión del Senado había superado los 900.000 millones de dólares. Sin embargo, un grupo de 20 senadores republicanos y demócratas, de corte moderado en lo que se refiere a materia fiscal, continuó presionando por cambios drásticos en el plan, a través de una reducción del componente fiscal del proyecto.

El acuerdo se alcanzó tras fuertes presiones del presidente Barack Obama, que quiere promulgar el plan de estímulo para antes del próximo 16 de febrero. "Es injustificable e irresponsable atrancarse en distracciones y retrasos mientras millones de estadounidenses pierden su trabajo", dijo Obama hoy en la ceremonia de presentación de los 15 miembros del Consejo Asesor para la Recuperación Económica.

Así, Obama envió al Capitolio a su jefe de Gabinete, Rahm Emanuel, quien se reunió con el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, que, a su vez, se ha mantenido en contacto con el mandatario estadounidense y su personal.

Crear más empleo

El plan de estímulo prevé crear o preservar entre tres y cuatro millones de empleos en los próximos dos años, a través de recortes tributarios para las familias y negocios, y fuertes inversiones sociales y en la infraestructura nacional.

El Congreso busca aprobar el proyecto de reactivación económica, que figura como la principal prioridad legislativa de la Casa Blanca, en unos momentos en que la crisis económica causa despidos masivos en casi todas las industrias.

Mientras, los gobiernos locales y estatales también presionan al Congreso para que los políticos no se olviden de las precarias condiciones económicas que afrontan. Al menos 46 de los 50 estados de la nación afrontan crisis presupuestarias que los han obligado a despedir a empleados y recortar fondos para servicios sociales y obras públicas.

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