
El director general de Tráfico, Pere Navarro, señaló hoy que la DGT tiene previsto instalar entre 150 y 200 radares fijos cada año hasta alcanzar un número de puntos de control que "esté relacionado con la longitud de la red de carreteras", aunque no concretó ninguna cifra porque afirmó que el "debate no está cerrado".
Durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, señaló que "el incremento" en el número de radares que controlan la velocidad de los conductores en las carreteras "ha de hacerse poco a poco" y "no puede ser un crecimiento ilimitado", por lo que abogó por poner un tope relacionado con los kilómetros de carreteras.
Subrayó que la DGT mantiene actualmente "un debate importante" que "no está cerrado" sobre cuál es el número de radares que deben tener las carreteras españolas y que esta discusión también figura en "los países más avanzados" de Europa. "A los que trabajamos en seguridad vial nos gusta la idea de establecer un límite en función de la longitud de kilómetros de la red de carreteras y si quieres poner (un radar) en un sitio, vas a tener que sacarlo de otro sitio. Es una idea que se está conformando en Europa y está bien", apostilló.
Navarro no precisó cuántos radares nuevos se instalarán en España en este año. Actualmente, hay alrededor de 520 puntos de control fijos en las carreteras. El objetivo marcado por el Plan Estratégico Nacional de Seguridad Vial 2004-2008 era alcanzar la cifra de 2.000 radares para 2012, lo que incluiría tanto radares fijos como móviles.
La velocidad "una asignatura pendiente"
Por otro lado, Navarro señaló que "la velocidad es la asignatura pendiente" de España en materia de seguridad vial y se mostró contrario al aumento del límite de velocidad en las carreteras.
Afirmó que la velocidad máxima en Suecia y en Holanda es de 120 kilómetros por hora y en Gran Bretaña se sitúa entre los 111 y los 112 kilómetros por hora. "La única forma de disciplinar el factor velocidad son los radares", agregó.