Uno, dos, tres, cuatro... y así hasta 55 deportivos de la marca del Cavallino Rampante se congregaron hace unos días en Sevilla para participar en la Primera Gymkhana Ferrari.
Lo normal cuando uno se cruza con un Ferrari es desviar la mirada fijando los ojos en él, admirar sus líneas y curiosear su interior a través de las ventanillas.
Pero si en lugar de uno, tenemos más de medio centenar, algún Lamborghini Gallardo, Porsche 911 Carrera o Aston Martin DBS, la situación pasa a ser convertirse en un espectáculo de masas. Las nuevas tecnologías, internet y telefonía móvil, hicieron posible que los curiosos se fueran congregando a las puertas del hotel de concentración a primera hora del viernes por la tarde, el goteo de Dino, Testarrossa, 355 y espectadores era constante.
La convocatoria, llevada a cabo por la Asociación Española de Propietarios de Ferrari, recientemente nombrada delegación en Andalucía del Ferrari Club España, tuvo una respuesta masiva por parte de los participantes ocupándose el cien por cien de las plazas disponibles.
Representación histórica de Ferrari
En el desfile estuvo representada una buena parte de la historia de Ferrari, prácticamente acudieron todos los modelos salidos de la fábrica de Maranello, dos de ellos, se podría decir, llegados directamente desde allí, ya que fueron entregados a sus dueños tan solo unas horas antes del comienzo del evento.
Los aficionados pudieron ver desde un legendario Dino 246 GT matriculado en 1972, hasta un 599 HGTE, pasando por los 328, 348, 355 Berlinetta y Spyder, 360 CS, Módena y Spyder, los potentes 430, en sus versiones Coupé, Cabrio y Scuderia 16M, un 456 GT, varios 512 M y TR, dos 550 Maranello y 575 MM, un California, un Scaglietti y varios Testarossa.
Como curiosidad cabe destacar un Ferrari 430 Spider en blanco, un color poco común para un modelo de esta marca, la asistencia de un participante invidente que acudió como copiloto al evento y que es capaz de ver cualquier Ferrari solo por el sonido y el tacto, un verdadero apasionado de la marca y algunos llegados desde el lejano Tailandia para participar en la I Gymkhana Ferrari.
Así fue la jornada
A primera hora del sábado los participantes hicieron un pequeño recorrido hasta el Museo de Carruajes donde realizaron una visita cultural, una sorprendente y amplia exposición de vehículos también tirados por caballos, aunque de otro tipo.
Después, en fila de a uno, se trasladaron hasta un parking cerrado en la localidad sevillana de Tomares donde les esperaba numeroso público, unos de allí y otros llegados desde otras ciudades en exclusiva para el evento.
Enrique Ramallo, director del evento, con megáfono en mano explicó la prueba a realizar; slalom, encestar tres pelotas de tenis en tres contenedores de distintos tamaños sin detener el vehículo y regreso al punto de partida por el slalom de vuelta.
El ganador sería aquel que lo consiguiera realizar en 44 segundos o más se acercara, cabe decir que ninguno logró ni el tiempo exacto ni atinar con las tres pelotas pero la diversión estuvo asegurada. No importaba el vencedor, el público disfrutó con el rugir característico del motor Ferrari, verlos en acción y vitorear a los más atrevidos conductores que hicieron algún que otro derrapaje.
Entrega de premios
La entrega de premios, durante la cena, estuvo amenizaba por Cardamomo Producciones, simpático grupo que supo entretener a los participantes con sus bromas y arrancarles más de una carcajada.
El momento sorpresa fue para los dueños de los Testarrossa, en homenaje a la celebración del 25 aniversario del comienzo de la comercialización de este modelo, cada uno de ellos recibió un regalo muy especial, un antiguo video sobre la historia de Ferrari desde sus comienzos hasta los años ochenta.
Siempre después de un evento, al margen de la espectacularidad es este, quedan las anécdotas y alguna que otra lección se aprende.
Amor por Ferrari
En su mayoría los dueños de un Ferrari lo son porque idolatran sus coches, al margen del poder adquisitivo que se deba tener para adquirir y mantener un superdeportivo de la marca de Maranello, les gusta enseñar sus 'joyas', el público asistente al evento pudo tocar, ver y hasta sentarse en cada uno de los modelos ya que sus dueños no tuvieron ningún reparo en abrirles las puertas para que pudieran hacerlo, saben que los protagonistas son sus coches y no ellos, en todo momento se respetaron las normas de circulación y eso que sujetar tanta potencia a 30 km/h no resulta tan fácil como parece.
Si ferrarista nace o se hace da igual, y menos importa el nivel socio-económico, su mayor anhelo es ser propietario de un Ferrari, un sueño que la gran mayoría hace realidad sacrificando otros bienes materiales.