Desde el reciente lanzamiento de la cuarta generación del Mégane, la gama ha ofrecido el GT, que es por el momento su mayor exponente deportivo hasta la llegada del obligado RS. El acabado GT auspiciado por el departamento Renault Sport, se había extendido hasta ahora a las motorizaciones diésel y que habían conseguido acaparar el grueso de las ventas. En esta nueva generación del Mégane ha sido la versión de gasolina TCe la que ha tomado la delantera hasta la inminente llegada del GT dCi de 165 CV.
El Mégane GT es fiel a los planteamientos clásicos, es decir un compacto de tracción delantera, cambio secuencial de doble embrague EDC (no hay alternativa de cambio manual), suspensiones McPherson delante, eje de torsión posterior y un motor transversal TCe de 205 CV ya conocido. En concreto es el 1.6 turboalimentado de procedencia Nissan que ya montaba el Clio RS pero con la potencia elevada hasta los 205 CV y un par motor incrementado hasta los 280 Nm, también compartido bajo estas especificaciones con el Espace.
Hasta aquí todo es previsible en el desarrollo de la nueva versión deportiva GT. Pero la cuarta generación del Mégane introduce en este coche una tecnología completamente nueva e insólita en este segmento. Para empezar, el Mégane GT ofrece cuatro modalidades de conducción diferentes (Confort, Neutro, Sport y Personalizado), gestionadas por un selector electrónico. Además, su chasis incorpora el sistema 4Control, exclusivo de Renault, que ha sido puesto a punto para la ocasión por los ingenieros de Renault Sport. Su funcionamiento hace que las ruedas traseras giren en sentido opuesto al de las delanteras hasta una velocidad de 60 km/h y, a partir de esta, lo hagan en la misma dirección con el objeto de mejorar la agilidad a baja velocidad y aumentar la estabilidad en curva cuando se rueda más deprisa.
Vigilancia electrónica
Una vez concentrados en la ruta, comenzamos a sentir todo este despliegue de tecnología puesto a nuestra disposición por Renault en el Mégane GT. Para empezar conducimos con el programa de cambio manual, entonces constatamos que el EDC no nos deja apurar las marchas más allá de las 6.200 rpm y pasa de forma automática a la relación superior. Aunque esto nos impide mantener al GT en la zona roja de su cuentarrevoluciones, nos acostumbramos gracias al buen funcionamiento y ergonomía de las levas tras el volante, de rápida reacción al subir de marcha pero algo más lento en las reducciones, y a la excelente elasticidad y respuesta del pequeño pero vigoroso 1.6 TCe.
Como ocurre en muchos bloques downsizing actuales, los ingenieros han conseguido un funcionamiento tan lineal y silencioso que, en un coche como el GT, echamos de menos la explosividad y bronca sonoridad del 2.0 turbo de la anterior generación Mégane GT, que además entregaba 20 CV más que el actual.
En cuanto al consumo, podemos mantenerlo a raya en torno a los 7 litros a los 100 km con una conducción suave y aprovechando la buena cifra de par motor, pero cuando empezamos a exigirle todos sus caballos al 1.6 TCe, se incrementa a ojos vista y el ordenador de a bordo delata rápidamente una media del rango de los 11 litros a los 100 km.
La sensible pérdida de carácter en el nuevo motor se compensa sin embargo con las nuevas posibilidades que ofrece el Renault al poder actuar sobre sus parámetros mecánicos. Cuando llegan las curvas seleccionamos el modo Sport y he aquí que la dirección se vuelve más directa y precisa, el motor mantiene mayor fuerza en sus respuestas y la motricidad aprovecha hasta el último caballo a la salida de los virajes. Aunque todo siempre bajo control y manteniendo una excelente adherencia sobre el asfalto, incluso en mojado. El GT es deportivo, pero a la vez muy seguro y sus ayudas electrónicas no dejan acercarse demasiado a los límites dinámicos.
Cuatro ruedas directrices
A esta sensación de permanente seguridad colabora de forma determinante el 4Control. Las cuatro ruedas direccionales transmiten una peculiar sensación de que el coche se adelanta a nuestras intenciones, desconcertando al principio pero ofreciendo a lo largo de los kilómetros una gran confianza al abordar las curvas de cualquier tipo y dando la sensación de que conducimos un coche de menor batalla que la del Mégane.
Practicando una conducción eminentemente deportiva podríamos criticar quizá un volante de diámetro más grande de lo deseado y un tacto poco preciso del freno, que dicho sea de paso es potente y eficaz en las detenciones. Las limitaciones sin embargo vendrán impuestas dobre todo por el propio peso del Mégane GT, a pesar de haberse aligerado 90 kilos respecto al anterior gracias a la nueva plataforma modular CMF, el resultado final es superior debido al considerable aumento del equipamiento y las nuevas tecnologías aplicadas.
Otro aspecto reseñable en nuestra prueba del GT es la propia estética, a nuestro entender bastante acertada. La versión más potente del Mégane ya parte de un diseño muy musculado y con una poderosa mirada muy parecida a la de la gran berlina Talisman. El tenso y perfilado capó, su trasera con grandes grupos ópticos y doble salida de escape, las llantas específicas de 18 pulgadas y una gama de colores vistosa, dan al GT una apariencia muy en la línea de lo que debe ser un compacto deportivo que se precie.
En el interior contrasta un salpicadero clásico en el que se ha integrado una gran pantalla táctil multifunción vertical de 8,7 pulgadas. Dispone del sistema R-Link 2 y navegación, resultando muy intuitiva y fácil de utilizar en las numerosas funciones que controla. Asientos deportivos envolventes, control de crucero adaptativo, climatizador bizona, cámara de marcha atrás,?son equipos que nos recuerdan que estamos en un Mégane especial.
Ficha técnica
-Motor: gasolina turbo, 4 cil, 1.618 cc
-Potencia: 205 CV a 6.000 rpm
-Par motor: 280 Nm a 2.400 rpm
-Consumo mixto oficial: 6,0 l/100 km
-Transmisión: automática, 7 velocidades
-Maletero: 384/1.245 litros
-Velocidad máxima: 230 km/h
-Aceleración 0-100 km/h: 7,1 segundos
-Precio: 24.900 ?
Lo más destacable
-Sistema 4Control
-Acabado mejorado
-Equipo de serie
Lo mejorable
-Peso superior al de la generación anterior
-Caja de cambios EDC
-Consumo