Pruebas

A prueba el Mazda CX-5: una alternativa muy fiable al Nissan Qashqai

El Mazda CX-5 es una alternativa entre los de su segmento, especialmente recomendable para todo aquel que busque versatilidad, calidad y placer de conducción.

Si buscamos un SUV, el abanico de posibilidades tan variado que en ocasiones no hay manera de saber cuál es la opción acertada. Pero las ventas hablan por sí solas, sólo hay que echar un vistazo a los modelos que más interés suscitan para darse cuenta de que los de tamaño compacto son los que se llevan la palma. Sí, el Nissan Qashqai es el superventas del segmento, probablemente por méritos propios, pero ¿qué tal si probamos a salirnos del camino marcado y apuntamos a otra dirección?

Proponemos una alternativa al best seller que, aunque también llega de Japón, en realidad parece provenir de otro lugar diferente. El Mazda CX-5 encaja a la perfección con los gustos europeos y, lo que es más importante, tiene una personalidad muy marcada. Su estética es llamativa, pero sin estridencias. Es un coche que gusta por sus líneas fluidas y muy estudiadas, que parecen entrar muy bien por la vista de amantes y no amantes de los SUV. Por lo tanto, se trata de un modelo que podría robarle una porción de la tarta de ventas a, por ejemplo, el segmento de las berlinas.

Para esta prueba nos hemos decantado por un CX-5 con motor diésel de 150 CV, tracción delantera y cambio manual. Podríamos haber optado por las cuatro ruedas motrices o por motores más potentes, tanto de gasolina como de gasóleo, pero estamos convencidos de que la configuración elegida es un caballo ganador. El propulsor de 150 CV responde con mucha energía a cualquier régimen, es suave en su funcionamiento y, a pesar de no querer mirar ni de reojo a la llamada tendencia downsizing (tiene 2,2 litros de cilindrada, cuando sus rivales directos se conforman con 1,6 litros), obtiene unos consumos realmente bajos. Y es un coche cómodo para viajar y tiene ese toque tan típicamente Mazda que convierte en placer tareas como gobernar la dirección o el cambio.

Gran habitáculo

El interior es otro de sus puntos fuertes, ya que cuenta con un habitáculo amplio y versátil capaz de dar cabida a cinco pasajeros con su respectivo equipaje. Esta es la ventaja indiscutible de cualquier todocamino que se acerque a los 4,5 metros de longitud, como es el caso. Pero el CX-5 no se conforma con estar en la media y ofrece unas plazas traseras y un maletero (463 litros) ligeramente por encima de este corte.

Eso sí, nos habría gustado encontrar un diseño menos sobrio en la zona de la consola central o un navegador de dimensiones más generosas. Pequeños puntos a pulir, quizá, con el próximo restyling.

Como conclusión, el Mazda CX-5 es una alternativa muy recomendable al archiconocido Nissan Qashqai, capaz de hilar más fino en muchos apartados y, todo sea dicho, con un precio ligeramente superior.

Ficha Técnica

Motor: diésel

Potencia: 150 CV a 4.500 rpm

Par motor: 380 Nm a 1.800 rpm

Consumo mixto: 4,6 l/100 km

Transmisión: manual, 6 velocidades

Tracción: delantera

Velocidad máxima: 202 km/h

Aceleración: de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos

Precio: desde 27.670 euros

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