Pruebas

Mercedes ML 350 CDi: Un SUV con comportamiento de todoterreno

La Clase M de Mercedes tiene la gran virtud de contentar a sus orgullosos propietarios con dos coches en uno: por un lado, un muy de moda SUV, con un gran comportamiento en ciudad, carretera y caminos no demasiado difíciles. Y, por otro, de un auténtico todoterreno con el que meterse por los rincones más recónditos.

El precio base del Mercedes-Benz ML 350 CDi es de 61.250 euros. Este desembolso nos hace propietarios de uno de los SUVs con mejor relación diseño-prestaciones, muy apto para todo tipo de carreteras por su singular agilidad de marcha, no excesivamente grande para meterlo por ciudad sin que nos quedemos atascados en alguna callejuela y, también, con un gran comportamiento en pistas de tierra con incluso algún obstáculo inesperado.

Uno de los muchos paquetes del interminable equipamiento del ML se denomina "Off-Road Pro", cuesta 2.275 euros, y con él sí que podremos considerarnos dueños de un auténtico 4x4 "de los de verdad". Por este desembolso adicional accederemos a algo vital en la conducción off-road como es la famosa reductora, además de poder bloquear los diferenciales central y trasero, una protección especial para los bajos del vehículo, una suspensión en altura aumentada hasta 290 milímetros y hasta... ¡una brújula! A todo ello podemos añadir, por 2.204 euros más, un sistema de amortiguación adaptativa con control variable exclusivo de la firma alemana denominada "Airmatic DC".

Con todo esto, el ML se comporta de un modo extraordinario fuera de la carretera, a la altura de cualquier todoterreno "de origen". Y todo ello, por supuesto, sin perder las cualidades de SUV que hemos examinado anteriormente.

Motor

La versión 350 CDi del Mercedes-Benz ML es el hermano mediano de la familia díésel del modelo. Sus 2.987 centímetros cúbicos de motor rinden a 224 CV a 3.800 revoluciones por minuto, si bien su par motor, de nada menos que 510 Nm, se alcanza mucho antes, entre 1.600 y 2.800 rpm, con lo que el empuje del motor es constante casi a cualquier régimen. Se trata de un Turbodiesel V6 que rinde hasta 215 kilómetros por hora, tardando 8,6 segundos en llegar a 100 desde parado.

Su consumo no es estratosférico, pero aún así consigue mover sus 2.185 kilos con un gasto de 9,3 litros cada 100 kilómetros en ciclo combinado, tras gasta 11,9 litros en ciudad y 7,8 en carretera. Dispone de serie de un sistema de tracción total permanente y de una transmisión automática (7G Tronic) de siete relaciones, lo que acorta ostensiblemente los saltos de revoluciones entre cada marcha. Eso sí, dejaremos sembrados 235 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido con este vehículo.

En esta escala de vehículos, y siempre tomando como punto de partida una conducción "normal", es decir, ciudad, carretera y caminos sin complicaciones (para eso es un SUV), la suavidad de marcha, la respuesta de las prestaciones y el comportamiento general del vehículo está más que supuesta (no lo olvidemos, es todo un Mercedes).

Seguridad y mejoras tecnológicas

A partir de aquí, en los últimos tiempos las grandes marcas se han metido en una cruenta guerra en lo que a prestaciones "tecnológicas" se refiere, y no nos dejamos de sorprender de lo que vamos descubriendo mes a mes, casi día a día, que puede hacer un vehículo. El Mercedes ML, en particular, monta una serie de mejoras tecnológicas que sólo podemos analizar superficialmente, porque nos quedaría un artículo casi más largo que el mismísimo Quijote. Y muchos de estos sistema vienen de serie con el vehículo.

Para empezar, dispondremos de luz de freno adaptativa e intermitente: si frenamos "fuerte" cuando circulamos a más de 50 km/h, las luces de freno parpadean hasta 5,5 veces por segundo. Y si lo hacemos a más de 70 km/h, también se encenderán los intermitentes de emergencia. Si el vehículo que cicula detrás no nos ve, es que estará mirando a todas partes menos donde debe. También estará al alcance de nuestro dedo un sistema de descenso de pendientes mediante el cual podremos ajustar la velocidad uniforme a la que bajará nuestro ML una cuesta complicada.

Siguiendo con la seguridad, el servofreno de emergencia llegará a accionar la máxima presión sobre los frenos, además de poner en marcha el ABS, si los múltiples sensores del vehículo detectan un choque próximo en centésimas de segundo. Y también tenemos el sistema Pre-Safe, mediante el cual, y ante el mismo choque inminente, o incluso un vuelco, el vehículo, de forma automática, tensa los cinturones de seguridad, modifica la posición de los asientos delanteros para adaptarlos al choque, además de cerrar ventanillas y el techo corredizo si se dispone de él. Eso sí, llegar a dominar todos estos sistemas requerírá de un buen número de clases autodidactas...

Equipamiento

En cuestión de equipamiento no existen, como en la mayoría de los modelos del mercado, una serie de niveles, sino que, partiendo de la configuración básica del vehículo, al precio de 61.250 euros, podemos ir añadiéndole extras eligiendo de una lista que se nos hace interminable, y de la que, como curiosidad, podemos decir que, sumando todos estos extras, nos gastaríamos bastante más que el precio del vehículo "pelado". En total, los extras del ML alcanzan la friolera de más de 80.000 euros.

Aún así, el equipamiento de serie de este SUV no está nada mal. Contamos con asientos delanteros con reglajes eléctricos, climatizador bizona, encendido automático de luces de cruce, ordenador de viaje, retrovisores eléctricos y calefactados, faros antiniebla, testigo de pérdida de presión de los neumáticos, luces de freno adaptativas, Pre-Safe, reposacabezas activos, servofreno de emergencia, volante forrado en cuero, conexión bluetooth, llantas de 17 pulgadas, etc.

Como ya hemos dicho, la estrella del equipamiento opcional del Mercedes-Benz ML es sin duda el paquete "Off-Road Pro", con un precio de 4.480 euros. Pero si simplemente queremos montar la suspensión neumática adaptable ("Airmatic DC"), nos costará 2.204 euros. Los airbags laterales traseros (todos los delanteros vienen de serie), nos saldrán por 510 euros. Los faros bixenón direccionables, 2.048 euros. El arranque sin llave, 1.545 euros más. Y el control de distancia de aparcamiento, tanto delantero como trasero, 1.015 euros. Tenemos también llantas de 18 y 19 pulgadas, y hasta de 21, cuyo precio es de 2.993 euros. 

Para terminar, podemos forrar de tecnología el interior del vehículo con un paquete que, por 3.397 euros, nos dota de control de voz, navegador con disco duro, DVD y pantalla en color de 6,5 pulgadas.

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