Pruebas

Dodge Journey SXT CRD 5 Plazas Aut.

Así es como se puede definir a esta poderosa creación del fabricante americano. Fue mostrado por primera vez en el IAA de Frankfurt (Alemania) del 2007 y aunque recordaba al Caravan se puede decir que es el heredero del Chrysler Pacifica.

El Dodge Journey es una fusión de un monovolumen, un SUV y una berlina. Monovolumen por su facilidad de acceso y concepto interior; SUV por su altura que permite excursiones campestres; y berlina por su estética exterior y por sus cualidades dinámicas. La publicidad del fabricante lo define como un "tres en uno".

Es un coche de tamaño grande con 4,8 metros de largo y dos metros de ancho. A esto se le suma una imagen exterior maciza y un gran frontal que impone. En dicho frontal destaca la parrilla frontal y los dos grandes focos. Los pasos de las ruedas marcados pero contenidos y las rectas formas de los laterales aumentan más esa imagen sólida. Todo ello finaliza en una trasera que continúa la línea emprendida en el frontal, rota por una luna trasera de cinco laterales y unas grandes ópticas. Es un coche bonito que "asusta" a un niño cuando se le acerca. En conjunto la línea es atractiva y poderosa. Toda ella se apoya, aumentando el efecto de poderío, en unas llantas de 17 pulgadas, exclusivas para esta versión SXT, que montan unos neumáticos tamaño 225/65.

La calidad que pudimos apreciar en el exterior era muy buena y nada parecía susceptible de envejecer rápido.

Ya en el interior nos sorprende su espacio y nos preguntamos donde están todos esos nichos ocultos que tanto hemos oído hablar. El coche tiene un espacio desahogado y mantiene un equilibrio entre la austeridad y sobriedad reflejada en el salpicadero con el colorido y diseño mostrado en las puertas y en los asientos, ambos bicolores.

La estética del salpicadero es como el exterior, ya que se basa en rectángulos, pero transmite una calidez y agradabilidad que nos gustó mucho. Los tres relojes de formato cuadrado nos recuerdan a diseños de los años 70, alejándose de los actuales, para embarcarte en una sencillez de líneas. El salpicadero tiene un contorno realizado en un material tipo ?foam? mullido y agradable al tacto. Este elemento enmarca al resto que por el contrario está formado de plásticos rígidos y duros. En centro alberga todos los elementos de climatización, entretenimiento y navegación (opcional). Todos ellos están enmarcados por una decoración de símil plateado que debería tener un poco más de calidad para estar a tono del resto.

Los mencionados relojes tienen toda la información necesaria (velocímetro, tacómetro, temperatura, nivel de combustible, pantalla digital con ordenador a la izquierda e indicador de la velocidad seleccionada en la caja automática de cambios a la derecha) y son muy legibles y atractivos.

La posición de conducción es muy cómoda ya que el volante se regula tanto en altura como en profundidad y el asiento dispone de regulación eléctrica de la banqueta y el respaldo cuenta con regulación de la inclinación y lumbar de forma manual. Todos los mandos quedan a mano. El mencionado volante tiene un diámetro y tacto muy buenos; y junto con la disposición de los pedales y el asiento viajaremos perfectamente. El control de crucero es de fácil manejo y sólo adolece de un avisador cuando está controlando el coche. El resto de mandos incluidos en el volante permiten que no nos distraigamos mientras conducimos.

El resto de los asientos demostraron ser muy buenos en largos viajes. Estaban realizados en dos colores, como ya decíamos, que daban sensación de lujo.

El Journey tiene montones de compartimentos que harán la vida a bordo muy cómoda. Destaca el localizado debajo del asiento del copiloto, muy grande, y la pareja de ellos situada en el falso suelo en la segunda fila de pasajeros. Estos últimos pueden albergar hielo gracias a su estanquidad. Las puertas cuentan con espacio para dejar objetos grandes y botellas. Además, esta la zona central delantera, dividida por la palanca del cambio. Delante de la palanca tiene pequeños huecos para dejar llaves y carteras; y detrás de ella hay sujeta vasos o sujeta ceniceros. Más atrás el apoyabrazos permite esconder más cosas. La guantera superior esta refrigerada y debajo hay otra con suficiente espacio para la documentación.

Cuenta también con tomas de 12 voltios por todo el interior. En el salpicadero lleva dos, otra para los pasajeros de la segunda fila y una tercera toma en el maletero para los pasajeros, si tenemos la versión de siete plazas.

Finalizamos el recorrido de espacios con el maletero. Este dispone de un doble fondo donde esconder aún más objetos. La tapa de este sistema tiene dos caras: una tapizada como el resto y otra forrada en goma para tareas más sucias. El maletero en esta versión de cinco plazas tiene un volumen de 1.670 litros. Como opción hay una linterna LED removible y recargable, localizada en el lado izquierdo.

Arrancamos el suave y ahorrador diesel y nos damos cuenta que no se notan vibraciones y apenas se le oye. Es un propulsor de última generación con cuatro cilindros en línea, turbocompresor, inyección directa a alta presión y dieciséis válvulas en total. Tiene 140 CV y un par de 310 Nm que comienza a las 1.750 rpm hasta las 2.500 rpm de origen Volkswagen. Asociado a él va un cambio de procedencia Getrag MPS6 con seis velocidades y sistema automatizado de doble embrague con engranajes fijos, el cual permite cambiar manualmente si lo deseamos; para ello tan solo hay que mover la palanca a derecha o a izquierda. El grato cambio también incluye asistencia a la salida en pendiente, lo cual es una gran ayuda.

Avanzamos con el Journey por las calles y rápidamente se aprecia la suavidad con la que se producen los avances de las marchas, o sus reducciones, de su caja de cambios automática. La calidad obtenida por Dodge es fantástica y para ponerlo a prueba aparcamos el coche pudiendo ser muy precisos durante la ajustada maniobra. La combinación de esta caja junto con el motor nos ha gustado especialmente durante toda la prueba dinámica. Unido a estos dos elementos nos encantó el tacto de las suspensiones que mostraron un tarado encomiable. Ni suspensión blanda ni suspensión dura, el conjunto amortiguador-muelles ha sido equilibrado perfectamente. Incluso en la pequeña prueba fuera del asfalto nos convenció. De todo el aspecto dinámico sólo la dirección requiere de acostumbrarse por parte del conductor ya que adolece de un poco de falta de precisión en autovía. Esto no sucede en ciudad donde la dirección se mostró muy cómoda, directa y con un radio perfecto de giro. Una pena el detalle de este elemento, subsanable, ya que el Journey a pesar de su tamaño familiar se he personificado como un vehículo noble y muy estable.

Este coche se mueve con brío y se ve en las prestaciones obtenidas. Llega a 190 Km/h y acelera de 0 a 100 Km/h en 11 segundos. Se conduce muy a gusto tanto en carretera como en ciudad gracias a las suspensiones y al firme chasis que no cede nunca. Recordamos que es un coche familiar, no un deportivo.

Este disfrute de conducción aumenta cuando se obtienen consumos de cinco litros y medio en carretera abierta y obteniendo un gasto de nueve litros y medio en ciudad, que no está nada mal tampoco.

La seguridad de este coche es excelente y cuenta con ABS, control de tracción, EBD, ESP, ERM o mitigación electrónica del balanceo. También viene de serie con seis airbags multietapas que están localizados en el asiento del conductor y del acompañante, airbags laterales delanteros y airbags laterales de cortina.

El Dodge Journey es un crossover, que tan de moda están ahora, pero que se separa del resto de la competencia para quedarse solo. Nos ha gustado por su estética exterior y su pensada y generosa vida de a bordo. Destacando sobre todo el conjunto motor-cambio-suspensiones que forman también un buen "tres en uno".

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