Motor

El coche del futuro será compartido, eléctrico, autónomo... ¿y volador?

Adivinar el futuro no es tarea fácil, pero ya tenemos indicios tangibles que nos permiten trazar por dónde va a ir la transformación del automóvil en las próximas décadas.

Los automóviles han evolucionado relativamente poco durante un siglo largo desde sus aparición. Tanto el motor de explosión, como las suspensiones, los frenos o el mismo diseño de la carrocería han seguido una misma línea de desarrollo, perfeccionándose y adquiriendo tecnologías modernas como por ejemplo la utilización de nuevos materiales en su fabricación, estructuras de carrocería deformables, elementos de seguridad o, más recientemente, la gestión electrónica. Pero en lo básico, el automóvil ha cambiado muy poco desde su primer concepto como vehículo de transporte privado y sustitutivo de sus predecesores de tracción animal.

El Siglo XXI parece haber acabado con esta línea continuista y estamos asistiendo a una auténtica revolución, que avanza muy deprisa y que va transformar radicalmente ya no sólo al automóvil en sí, sino a la forma de considerarlo en la sociedad. Vamos a ver algunas grandes e imparables innovaciones que nos permiten vislumbrar cómo podrían ser las próximas generaciones de modelos por llegar.

Nuevas formas de acceso al automóvil 

Hace ya un par de décadas surgió en Suiza una nueva forma de uso del automóvil, en el que se planteaba compartirlo entre los ciudadanos en lugar de restringirlo a una utilización exclusivamente unipersonal. La idea se ha convertido ya en el cada vez más difundido carsharing, que no es otra cosa que un sistema de alquiler puntual del vehículo cuando se necesite. La imparable irrupción de la conectividad y las redes sociales han hecho que esta idea se vaya imponiendo por todo el mundo. Muchos protagonistas del sector del automóvil, entre ellos los propios fabricantes, ya son conscientes que estos cambios en la forma de utilizarlo van a imponerse de forma general, sobre todo en las grandes ciudades y que en muchos casos no se necesitará adquirirlo de forma particular.

Otra transformación que todo el mundo parece tener clara es la electrificación total de los motores, que ya está pasando por una transición paulatina con los híbridos y que se completará a medio plazo con la pila de combustible. La sostenibilidad del medio ambiente y la ineludible renuncia a los combustibles fósiles abocan al automóvil a recurrir a esta energía libre de emisiones. De hecho, todos los grandes fabricantes mundiales trabajan ya sobre este campo, invirtiendo y desarrollando nuevas soluciones más eficaces para sus modelos eléctricos.

Las nuevas tecnologías han aportado la tercera gran revolución del automóvil. Desarrollada como un sistema estratégico militar, la red de conexión vía satélite creó internet y el posicionamiento GPS. Tras su aplicación a la vida civil e iniciar otra era en la historia de la humanidad, ha llegado al automóvil abriendo unas posibilidades desconocidas e inimaginables hace pocos años. Hablamos de la conducción autónoma por la que los automóviles tomarán el mando a la hora de transportarnos de un lugar a otro y nos liberarán del trabajo de controlarlos y dirigirlos. De hecho, esta tecnología aplicada al automóvil ya es una realidad y si no se está imponiendo con mayor celeridad es por las siempre lentas adaptaciones legales. La mayoría de las marcas generalistas y empresas gigantes como Google o Uber están invirtiendo ingentes cantidades en este campo y ya podemos beneficiarnos en un buen número de modelos comerciales de la conducción semiautónoma. Los expertos vaticinan que la conducción autónoma estará implantada de una forma generalizada de aquí al año 2050.

Profundos cambios en el diseño

Otra predicción fiable es que los coches? ¡volarán! Y lo adelantan empresas muy solventes, implicadas en diferentes proyectos, que aseguran que veremos en la próxima década coches voladores. Es el caso de la eslovaca AeroMobil, la norteamericana Terrafugia o la multinacional europea MyCopter. Mientras que los primeros recurren al concepto de vuelo alar, ésta última trabaja en un proyecto más parecido a un dron gigante multihélice.

¿Y en cuanto al diseño? Pues según los expertos consultados de los centros de desarrollo de las grandes marcas todo es posible. Se seguirá adaptando a las necesidades tecnológicas que ya han transformado nuestra vida cotidiana y, lo que es seguro, es que abandonará los cánones tradicionales. Hasta ahora nos habíamos acostumbrado a retomar las mismas ideas, modernizándolas en generaciones sucesivas. Pero eso se ha acabado. Forma de la carrocería, disposición de las ruedas, volúmenes condicionados por el motor o el maletero. Nada tiene porqué seguir siendo igual al tener que alojar otros componentes como las baterías almacenadoras de energía y utilizar pequeños motores eléctricos que en muchos casos van integrados en las propias ruedas.

En el interior del automóvil ya estamos asistiendo a una profunda transformación. Cada vez son más escasos los mandos analógicos y los salpicaderos modernos se van poblando de pantallas multifunción que incluso podemos controlar con la propia voz o controlar a distancia mediante nuestro smartphone.

Los modernos parabrisas reflejan en numerosos modelos información al conductor mediante sistemas de proyección head up y, en breve tiempo, se convertirán en otra gran interfaz digital y holográfica para control, información o simple entretenimiento de los ocupantes cuando el coche viaje en modo autónomo. Incluso los guarnecidos interiores se convertirán en portadores interactivos de datos, como la visión periférica del vehículo recogida por cámaras exteriores que ya nos mostró el pasado año el prototipo Vision Concept de Land Rover.

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Comentarios 1

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Jorge Nubes
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En Contra

Estos coches todo medio (tierra, mar y aire) son sin duda todo un reto para el sector seguros: queda por ver a cuánto puede ascender una prima de este tipo. Lo mismo que con los vehículos autónomos: ¿qué piensan las compañías aseguradoras al respecto?

Puntuación 1
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