
El enfriamiento de la economía china da síntomas de agotamiento en algunos sectores. Uno de ellos es la exportación, que ha experimentado en mayo una reducción del 15% respecto al mismo mes del pasado año. Y llueve sobre mojado, pues en el pasado ejercicio el volumen total de exportaciones chinas decreció un 50% según los datos del ministerio de aduanas.
La exportación, verdadero motor de la economía del país asiático, ha golpeado muy seriamente a la industria del automóvil que ya ve cómo por cuarto año consecutivo merman sus cifras en el mercado exterior. Una menor demanda de los países emergentes gravemente afectados por los efectos de la crisis y una inferioridad tecnológica respecto a otros países competidores serían las causas de este espectacular retroceso en la actividad exportadora del sector.
Recordemos que, en el año 2012, China exportó un millón de vehículos, cifra que hizo a los fabricantes establecer unas previsiones muy ambiciosas. Previsiones que no solo no se han cumplido, sino que quedan muy lejos de los resultados conseguidos el año pasado en el que las unidades exportadas se situaron en torno a los 800.000 vehículos.
Objetivo: recuperar el mercado internacional
El desmoronamiento del mercado ruso, la ralentización de las economías de América del Sur y la situación de inestabilidad política del Medio Oriente han afectado a casi todos los fabricantes mundiales de automóviles, pero sobre todo, a los chinos. Las marcas locales exportadoras como Geely, SAIC Motor Corporation Dongfeng, o Lifan, no han conseguido alcanzar sus pretensiones en el mercado internacional y deberán reajustar sus producciones para adaptarla a la realidad volcándose en el mercado interno, que ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años.
Otras marcas que se han asociado con firmas occidentales como Dongfeng y su alianza con PSA, o Geely, que adquirió Volvo, parecen estar mejor dispuestas tecnológicamente para afrontar los próximos desafíos. Sobre todo con la llegada de los coches electrificados y autónomos, campos donde pueden competir en igualdad de condiciones con el resto de fabricantes mundiales.