Motor

Los sindicatos ven falta de previsión y los fabricantes de coches barajan más despidos

Fábrica de motores de Renault en España.

Un día después de la cadena de despidos anunciada en la industria del motor española, la desconfianza y los malos augurios se han instalado en el seno de los trabajadores afectados. A pesar de que las diferentes patronales confían en que las reestructuraciones constitituyan tan sólo una solución temporal, el día a día de las fábricas hablan de una realidad bien distinta.

Los tres fabricantes de automóviles que han anunciado al unísono más de 2.100 despidos hasta final de año, General Motors, Ford y Seat, a los que posteriormente se unió Nissan, han señalado como causa de los recortes la crisis que sacude a los principales mercados mundiales. Una opinión que apoyan sólo en parte los trabajadores, que achacan el tijeretazo a la falta de previsión de las empresas.

En el caso de la fábrica de Ford en la localidad valenciana de Almussafes, los trabajadores explican que hace años la compañía realizó diferentes movimientos encaminados a trasladar la producción a otras fábricas de Bulgaria y Alemania. Un hecho que mantuvo inquieto al personal, aunque finalmente se respetó la actividad en España. Ahora vuelven los viejos fantasmas.

No habrá deslocalizaciones

Sin embargo, Anfac, la patronal de los fabricantes de automóviles instalados en España, se encargó ayer de tranquilizar los ánimos al respecto. "Estas medidas se deben sola y exclusivamente a la grave situación por la que atraviesa el mercado europeo, hacia el que exportamos el 83% de nuestra procudcción", indicaron a elEconomista fuentes de la patronal. "Las deslocalizaciones no tienen nada que ver con los hechos a los que estamos asistiendo en estos días", apostillaron.

En lo que sí coinciden todos los sindicatos afectados es en la viabilidad a corto plazo de los despidos temporales.

Fuentes sindicales reconocen que una vez se restaure la cadena de producción para principios de año, será muy difícil colocar en el mercado estos nuevos coches, ya que en tan sólo cuatro meses la industria del motor no se recuperará. A este respecto, Anfac se mostró menos conciliante.

Habrá más bajas

De hecho, fuentes de la patronal indicaron a este diario que no se pueden excluir, en un futuro próximo, medidas similares a las que estamos viendo en estos días. "Todo depende y dependerá de la marcha de los mercados europeos -indicaron desde la compañía-. Lo cierto es que, si a comienzos de año preveíamos un aumento de la producción tendremos que revisar a la baja nuestros pronósticos: fabricaremos menos que el año pasado". Sin embargo la federación del metal de UGT pidió los fabricantes un "mayor grado de responsabilidad" al hablar del supuesto mal estado de salud del sector. En comunicado difundido ayer, esta organización recordó que hay empresas en las que no se está despidiendo y en algunas, como Volkswagen Navarra, incluso se han contratado 600 nuevos trabajadores. Además, UGT añadió que "las plantas españolas disponen de medidas de flexibilidad suficientes para afrontar los reajustes pertinentes en la producción".

Matriculaciones

Sin embargo, ayer mismo llegó otra señal de que la salud del sector del automóvil en España es de todo, menos bueno. El mercado de turismos ha sufrido un importante retroceso en lo que va de año, pero el derrumbe de los vehículos comerciales ligeros es, si cabe, más llamativo porque la crisis de las pymes está haciendo estragos en la de manda de estos vehículos.

En agosto, el retroceso de los vehículos derivados de turismos, las furgonetas y los pick-up ha sido del 51,5% respecto al mismo mes de 2008, según informaron Anfac y la patronal de los vendedores, Ganvam. Se matricularon apenas 4.400 unidades, frente a las a las más de 9.000 de agosto de 2007.

En lo que va de año, el retroceso ha superado el 30 por ciento previsto inicialmente en las primeras revisiones a la baja por parte de las asociaciones de la automoción y ya ha alcanzado el 32 por ciento con un total de 128.199 unidades matriculadas. En lo que se refiere a los furgones, la caída del mes de agosto ha superado el 56 por ciento y hasta agosto ya acumula un retroceso del 34 por ciento.

Las causas de este desastre fueron, según la patronal, el aumento del paro y la falta de confianza de los consumidores españoles. "Una caída de semajante envergadura -añadieron desde Anfac- se debe, sin embargo, también a otros dos factores, como el endurecimiento de las condiciones crediticias y la nueva fiscalidad". Fuentes de la patronal indicaron, de hecho, que la casi totalidad de estos vehículos se compra a través de créditos al consumo y fórmulas como el leasing.

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