Ya hemos visto algunos consejos para ahorrar combustible. Pero las piezas de desgaste también son susceptibles de cuidados y con nuestra forma de conducir podremos hacer que haya que sustituirlas más tarde.
El embrague es una de ellas y su sustitución es una cara reparación de mantenimiento. Si nos acostumbramos a hacer lo siguiente podemos alargar considerablemente su vida.
1.- Lo primero que puede ayudar al embrague es un correcto funcionamiento del motor en general. Líquido de refrigeración y lubricante en buenas condiciones mantendrán más baja su temperatura, evitando sobreesfuerzos inútiles y un desgaste prematuro al embrague.
2.- Al salir con el motor frío por la rampa del garaje no debemos hacerlo a costa de que el embrague patine. Es mejor aguardar un par de minutos a que el motor adquiera su temperatura de funcionamiento y ascender en primera velocidad sin necesidad de ir embragando para mantener las revoluciones necesarias.
3.- Cuando lleguemos a un semáforo rojo o a una detención del tráfico, engranar el punto muerto y soltar el pedal de embrague. Mientras lo tengamos apretado estamos desgastando inútilmente su material de fricción.
4.- Al iniciar la marcha suelte el pedal del embrague con suavidad. Si lo hacemos bruscamente provocamos tirones que pueden afectar al mecanismo en general y dañarlo.
5.- En marcha, cambiar asimismo con suavidad, a las revoluciones correctas y sin que notemos brusquedades o sobrerregímenes en las aceleraciones ni en las reducciones. También ayudará a la longevidad del embrague.
6.- Hay muchas personas que adquieren la costumbre de conducir con el pie izquierdo sobre el pedal del embrague. Por muy leve que sea la presión sobre el pedal provoca que el embrague patine y acelere su desgaste.
7.- Tener mucho cuidado de que no llegue agua a mucha presión hasta el cárter del embrague. Por ejemplo si lavamos el motor o los bajos con una manguera. Cualquier humedad o suciedad que penetre en su interior puede dañar o alterar seriamente el funcionamiento de este mecanismo.