Ada Colau ganó las elecciones en Barcelona y una de sus primeras declaraciones fue contra el circuito de Catalunya, que también lo es de la capital. El Gran Premio de F1 que allí se celebra no entra dentro de sus prioridades. Descargue aquí la revista Ecomotor.
Es posible que el automovilismo como tal no quede muy "estético" en el acervo ideológico de su programa. Pero si la inversión de 4 millones de euros que aprobó en 2012 el anterior edil Xavier Trias se analiza "en frío" y sin filtro ideológico puede que Colau se haya precipitado.
El consorcio que añadió el nombre de Barcelona al trazado de Montmeló generó un impacto económico total de 332 millones de euros en 2014, según datos del propio circuito. De ellos, algo más de 188 millones repercutieron directamente del Gran Premio de España de F1.
Está claro para todo el mundo que la categoría reina del automovilismo es un gran negocio. Y que puede favorecer a la sociedad. Lo que ya no está tan claro es el control y la auditoría de las subvenciones que se destinan en España a este fin o a cualquier otro. Las irregularidades financieras en las carreras de F1 de Valencia son un ejemplo de los numerosos 'agujeros negros' que rodean a muchas inversiones oficiales.
Como ejemplo foráneo, este fin de semana se han celebrado las 24 Horas de Le Mans. Un estudio económico universitario, publicado por el Automóvil Club del Oeste, dice que en 2014 la carrera generó de forma directa 52,3 millones de euros y 2.500 empleos. Indirectamente, aportó otros 29,6 millones, repartidos en su mayoría entre los habitantes de aquella región de Sarthe.