La globalización y los nuevos mercados están modificando sustancialmente lo que conocíamos hasta hace poco tiempo como el "made in Germany". Las principales marcas como Audi/Volkswagen, BMW o Mercedes-Benz ya están a punto de producir más automóviles fuera de Alemania que dentro.
Según datos de la consultoría IHS Automotive, hace tan sólo una década la producción de coches alemanes era de un 88 por ciento nacional. Para el año 2020, la previsión es que sólo se fabriquen en aquel país el 30 por ciento de sus automóviles.
Como ejemplo de esta creciente tendencia, la marca Audi ya fabrica más coches en el extranjero, como por ejemplo el modelo Q3 en la fábrica barcelonesa de Martorell y que comparte producción en la cadena con los Seat León e Ibiza. En concreto Audi ha fabricado durante el año 2014 el 53 por ciento de sus automóviles fuera del suelo alemán.
Porsche, la excepción
Las otras marcas originarias de Alemania llevan el mismo camino, y la deslocalización de sus plantas de producción se ha acelerado con la apertura definitiva del mercado chino. Recordemos que según las leyes del gigante asiático, la producción "in situ" libera de la imposición fiscal de un 30 por ciento sobre el precio del producto. Una buena manera de acaparar inversiones industriales en aquél país y de paso posibilitar un trasvase de tecnologia a las fabricas compartidas con empresas chinas.
Pero la diseminación de las fábricas no se detiene en la implantación en China, Rusia y otros países del Este de Europa, o México y Brasil también son actores en este nuevo proceso expansivo industrial y comercial.
Por ahora, Porsche es la única marca germana que no posee plantas fuera de Alemania, pero su creciente demanda, sobre todo en mercados asiáticos, podría cambiar en breve esta situación. Los costes de fabricación en aquél país son muy elevados y el parque automovilístico alemán está muy cerca de la saturación y la estabilización de ventas durante los próximos años. El constante crecimiento de las marcas alemanas de automoción requiere pues esta expansión industrial por nuevos territorios ya que la próxima demanda europea tampoco va a crecer lo suficientemente rápido.