Está más cerca de un kart que de un coche, pero el pequeño Grimsel, como así lo han bautizado sus creadores, se acaba de adjudicar el récord del mundo en la prueba de aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora.
Los alumnos del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich (ETH) y de la Universidad de Lucerna han sido los responsables y ejecutores del proyecto que, a decir de los resultados sobre la pista, ha sido todo un éxito.
En tan sólo 30 metros, el Grimsel aceleró desde parado hasta alcanzar los 100 kilómetros por hora en un tiempo de 1,785 segundos. Es el mejor resultado conseguido nunca por un coche de propulsión eléctrica.
El pequeño monoplaza posee una carrocería realizada en fibra de carbono ultraligera y dispone de un pequeño motor eléctrico en cada rueda. Están alimentados por una pequeña batería de autonomía suficiente para unos pocos kilómetros.
Misil de corto alcance
Cuestión de rebajar al máximo el peso total, que se contiene en unos nimios 168 kilos totales sin el peso del piloto.
Los motores poseen cada uno una potencia de 50 caballos y, entre los cuatro, transmiten a las ruedas un par motor total de 1.630 Nm, suficiente fuerza para convertir al Grimsel en un misil de corto alcance. El poder de aceleración de esta combinación de motores eléctricos es tal que ha sido necesario dotar a cada uno de ellos de un control de tracción electrónico para evitar la pérdida de adherencia de los neumáticos y su rápida degradación.
El proyecto emprendido por una treintena de estudiantes de ambos centros suizos ha tardado menos de un año en completarse y tenía como objetivo demostrar el potencial de este tipo de motorización. Sin embargo, en comparación con los motores de combustión interna, el récord queda todavía muy lejos de los dragsters movidos por motores de nitrometano, ya que éstos consiguen acelerar de 0 a 100 km/h en menos de un segundo, 0,7 exactamente. Eso sí, el Grimsel eléctrico lo hace en completo silencio y sin liberar gases nocivos, mientras que los dragsters producen un ruido ensordecedor acompañado de una humareda infernal.