Motor

Faros LED: cómo funciona la luz del Nobel en los coches

Muchos automóviles de reciente desarrollo han adoptado la tecnología LED, ya no solamente para las luces de posición e intermitentes, sino también para los faros de alumbrado. El último ha sido el nuevo Ford Mondeo, presentado para Europa la pasada semana en Andalucía.

Hace unos días, coincidía casi en el tiempo la concesión del Premio Nobel de Física precisamente por el descubrimiento de los principios que han hecho posible esta nueva forma de crear luz. Isamu Akasaki e Hiroshi Amano, de la Universidad de Nagoya (Japón), y Shuji Nakamura, de la Universidad de California en Santa Bárbara (EEUU) ha sido galardonados por la Academia Sueca por lograr algo que se llevaba tiempo, pero sin lograrlo.

Hacía ya cuatro décadas que existían luces LED de color verde o rojo, cuyas primeras aplicaciones hemos podido ver en los pilotos luminosos de nuestros electrodomésticos. Más difícil ha sido crear luz blanca con este sistema de iluminación, algo que han conseguido los científicos nipones a partir de luz azul generada por nitruro de galio y que han convertido en blanca mediante un filtro de fósforo.

La luz más rápida

El acrónimo LED representa Light Emitting Diode, nombre técnico del diodo luminescente que se utiliza actualmente en muchos dispositivos por su capacidad de iluminación. En los automóviles, su aplicación más inmediata fueron las luces de posición diurna, a las que siguieron las nocturnas y los intermitentes. La tecnología "full LED" que incluye a los faros ha tardado más por su mayor complejidad.

Mercedes, BMW, el Grupo Volkswagen o como ya hemos comentado ahora Ford, han introducido esta nueva tecnología en las ópticas de sus nuevos modelos. La primera ventaja de la luz LED es su rapidez. Mientras que una bombilla halógena tarda de 150 a 300 milisegundos en encenderse, un LED lo hace en un tiempo de 2 a 15 milisegundos.

Pero no es la única ventaja de este tipo de iluminación, ya que son mucho más eficientes al aprovechar hasta el 80% de la energía consumida, convirtiéndola en luz, frente a solamente el 20% que aprovecha una bombilla convencional. Para terminar de convencernos, la tecnología LED garantiza una duración prácticamente similar a la del vehículo.

La luz LED no es creada por el calentamiento hasta la incandescencia de un filamento o de un arco eléctrico como en el caso de las bombillas halógenas. Para generarla se emplea un diodo formado por materiales semi-conductores que emiten luz de forma electrónica, es decir convierten directamente la electricidad en fotones. El haz de luz se distribuye a su vez por una bombilla mucho más pequeña que las tradicionales y que, en el caso de los faros, a veces necesita minúsculos ventiladores de refrigeración.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky