A primeros de agosto hubo un punto de inflexión en el proceso de fusionar las marcas Fiat y Chrysler. La mayoría de los accionistas, un 84%, aprobaron la creación de Fiat Chrysler Automóviles y el traslado de la sede social a Amsterdam para regirse por la reglamentación holandesa.
A pesar del ejercicio de veto de algunos accionistas, a los que Fiat ha tenido que recomprar acciones a un precio unitario de 7,7 euros hasta un valor de 463 millones de euros, la marca italiana ha superado el último obstáculo técnico para finalizar la gigantesca operación intercontinental. La situación no ha dejado de generar tensiones estas últimas semanas, ya que el límite para suspender la operación había sido fijado por Fiat en 500 millones.
El propio Sergio Marchionne, presidente director general del grupo,se ha felicitado de haber recibido este mayoritario apoyo y la fidelidad de los accionistas para los importantes planes estratégicos que van a permitir dar definitivamente el salto atlántico a Fiat, un anhelo que viene ya de lejos.
Cotización en Wall Street
El salto definitivo desde Turín hasta los Estados Unidos se materializará a mediados del mes de octubre, con la salida a bolsa de FCA en el parqué de la bolsa de Wall Street. Con este definitivo paso se dejarían atrás las incertidumbres que han amenazado los planes de Fiat en los últimos tiempos y daría vía libre a las actividades del nuevo grupo automovilístico norteamericano.
El momento es muy favorable para la entrada de FCA en el escenario transatlántico, ya que el mercado norteamericano no deja de crecer en los los últimos meses y en este ejercicio ya se han rebasado los 17 millones de unidades vendidas, algo que no ocurría desde antes de la crisis financiera, en concreto desde el año 2006. Chrysler por su parte, ha obtenido un espectacular crecimiento del 20% en sus ventas, debidas sobre todo a los recientes lanzamientos de su marca Jeep.
A este lado del Atlántico las cosas no han progresado a la par para Fiat, ya que este año ha sufrido un fuerte retroceso de ventas en su feudo italiano, que lleva registrado en lo que llevamos de año un retroceso en sus ventas del 6,9%. Pese a ello, Marchionne ha anunciado unos ambiciosos planes de expansión que prevé triplicar en cinco años el volumen de negocio, para lo cual FCA deberá alcanzar en 2018 la barrera de los siete millones de unidades vendidas en todo el mundo.
¿Lo intentó con Peugeot?
