El Gabinete de Estudios para la Seguridad del Automóvil de los Fabricantes de Amortiguadores (Gesafa) recomienda a los conductores que estén pensando adquirir un coche usado que soliciten al vendedor un cambio de los amortiguadores o, en su defecto, el comprobante de que han sido cambiados, para garantizar la seguridad del vehículo.
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
"En caso contrario, estarán comprando un automóvil más inseguro", advierte Gesafa, integrada en la patronal de fabricantes de equipos y componentes para la automoción Sernauto.
El departamento de estudios de los fabricantes de amortiguadores indica que los distintos tests de seguridad que ha realizado "demuestran" que desde los 65.000 kilómetros "el desgaste de los amortiguadores puede afectar gravemente al comportamiento del vehículo y, en consecuencia, a la seguridad de sus ocupantes".
Gesafa considera que aunque "los amortiguadores juegan un papel decisivo para garantizar una respuesta adecuada del vehículo en situaciones de emergencia", suelen ser los "grandes olvidados por la mayoría de los conductores, a diferencia de los frenos y los neumáticos".
Así, esta organización considera que realizar un mantenimiento "responsable" de los vehículos, "sustituyendo eficazmente las piezas sometidas a desgaste, fundamentalmente las que afectan a la seguridad", es, en su opinión, la "única manera de mitigar" el "mayor riesgo de siniestralidad" que estima arroja el actual envejecimiento del parque automovilístico en España.
Según sus datos, en 2012 el país contará con el parque más longevo de la historia, con una edad media de 9,7 años, como consecuencia de la caída de las ventas de vehículos nuevos y el consiguiente repunte del mercado de ocasión.