
El constructor sueco de automóviles Saab se ha declarado formalmente en quiebra este lunes, tras un largo proceso de dos años para tratar de salvar una marca que ha fabricado automóviles durante seis décadas.
Los últimos esfuerzos para rescatar la marca mediante un acuerdo con fabricantes de China fueron definitivamente bloqueados por la ex propietaria la empresa, General Motors, a causa de conflictos con licencias.
El final del camino para Saab, que lleva más de sesenta años en la fabricación de vehículos, llegó el mismo fin de semana en el que General Motors volvió a vetar un plan que implicaría la participación del inversor chino Zhejiang Youngman Lotus Automobile.
GM, anterior dueño de Saab, sigue en posesión de tecnología clave para la automovilística sueca y tiene una pequeña participación.
La actual dueña de Saab, Swedish Automobile, informó en un comunicado que "la compañía se tornaría insolvente al carecer de fondos, y por lo tanto la declaración de quiebra actúa en beneficio de los acreedores".
Situación en España
Saab Automobile Spain, la compañía que distribuye los vehículos de Saab en España, "no es insolvente" y sus concesionarios "siguen operando con normalidad tanto en el ámbito de la venta como de la posventa", según indicó a Europa Press un portavoz de la empresa.
De esta forma, la compañía española sale al paso de la decisión de Saab de solicitar ante un tribunal sueco la suspensión de pagos, proceso que "no afecta" a Saab Automobile Spain ni tampoco a Saab Automobile Parts, la división de posventa de la corporación escandinava.
El citado portavoz aclaró que Saab Automobile Spain, que cuenta con una plantilla formada por doce personas, es una empresa "independiente" que está a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos en Suecia, donde los administradores designados por el juez deben adoptar las decisiones correspondientes.
La historia de la marca
Saab presentó su primer prototipo en 1947 tras su llegada procedente de la ingeniería aeronáutica y llegó a tener unos pocos y fieles seguidores.
General Motors compró un 50% de la compañía en 1990 y adquirió el resto en 2000. GM decidió vender la marca en 2009, tras la crisis financiera, y estuvo cerca de cerrarla antes de que Swedish Automobile, que funcionaba entonces con el nombre de Spyker Cars, adquiriese a Saab en enero de 2010.
Pero en marzo de este año Saab empezó a sufrir problemas de liquidez, después de que las ventas de 2010 no cumplieran con los objetivos y detuvo su producción.
La producción se reanudó brevemente en su planta en el oeste de Suecia, pero las enormes deudas con sus proveedores provocaron otra paralización en abril y desde entonces no se han fabricado más vehículos.