
Unos zapatos de 380 euros, un reloj de 20.000, una bolsa de viaje de 490, una bicicleta de montaña de 2.999... Y todo ello con diseño italiano. Pero no se trata de las últimas novedades que presenta una marca de moda, sino de algunos de los objetos y complementos que pueden adquirirse en alguna de las FerrariStore.
Las tiendas que el grupo del cavallino rampante tiene distribuidas por el mundo y que le reportan la mayor parte de su facturación anual. Porque, pese a que Ferrari es conocida por la exclusividad de sus coches deportivos de alta gama, el 80% de todos sus ingresos anuales provienen del merchandising.
"Somos una pequeña compañía en cuanto a fabricación de vehículos, con una producción muy limitada", dice con una sonrisa de orgullo Massimiliano Ferrari, brandmanager de la escudería, para quien "lo importante no es que haya muchos clientes que tengan un Ferrari en su garaje, sino gente que desee guardar un Ferrari en él". Ahí van las pruebas de su política: a lo largo de toda su historia la marca italiana ha vendido 100.000 vehículos. "Son los que suele vender Porsche cada año", añade.
Gracias al merchandising
Porque el verdadero músculo económico del grupo no está en la venta de coches de serie (6.587 el año pasado), sino en los millones de productos licenciados que distribuye por todo el mundo. No todos los ferraristas pueden permitirse conducir un Ferrari cada día, pero sí coleccionar una réplica a escala en miniatura, de las que se venden, según datos de la compañía, más de 25 millones de unidades al año.
"Tenemos dos tipos de clientes que compran productos en nuestras tiendas", prosigue Massimiliano Ferrari, "por un lado están los fans de la escudería, que siguen las carreras de Fórmula 1, y por otro los clientes de lujo". Porque al margen de las gorras, camisetas, coches en miniatura y polos oficiales del equipo en el que correrá la próxima temporada Fernando Alonso, también se encuentra lo que Ferrari denomina LifeStyle, es decir, una línea de moda y complementos que, como sus vehículos de serie, no está al alcance de cualquiera. Camisas, zapatos, carteras de cuero... y una amplia colección de relojes, todos ellos con el logotipo del cavallino, y algunos de los cuales llegan a alcanzar los 20.000 euros.
Entre ambas líneas de productos, más la relativa a juguetes y miniaturas, el valor comercial de la marca Ferrari asciende a 1.500 millones de dólares. En España Ferrari cuenta con una tienda propia en el aeropuerto de El Prat. "A corto plazo abriremos otra en Madrid, y planeamos otra más en Valencia", señala el brandmanager de la compañía, con el objetivo de aprovechar el efecto Alonso.
La isla del bólido rojo
El proyecto más ambicioso de la escudería no pasa por ampliar su red de locales comerciales, ni tampoco por aumentar su gama de vehículos de serie. "Abriremos un parque temático", avanza Massimiliano Ferrari, una especie de Disneyland dedicado íntegramente a la empresa automovilística y el universo que mueve a su alrededor. "Será el mayor parque temático con superficie cubierta del mundo, con 200.000 metros cuadrados bajo techo". Estará situado entre Abu Dhabi y Dubai, sobre una isla artificial, y las obras comenzarán en 2010.