Una nueva General Motors salió el viernes de la bancarrota mucho antes de lo esperado, convertida en una automovilística más estilizada y comprometida en volver a cautivar al consumidor estadounidense y saldar su deuda con los contribuyentes.
La fugaz quiebra de 40 días ha concluido con la venta de los mejores activos de GM a una nueva compañía que será controlada por el Tesoro de Estados Unidos.
Los documentos de cierre fueron firmados a primera hora del viernes por representantes del Gobierno y ejecutivos de GM en el bufete Weil, Gotshal & Manges, asesores legales de la compañía para el proceso de bancarrota.