
Está cansado, pero mantiene la sonrisa. El cabeza del imperio empresarial que lleva su apellido se ha pasado parte del día en la pista de pruebas de Jaguar Land Rover, en Midlands, conduciendo nuevos modelos que son alto secreto. Es obvio que le gusta lo que ha visto.
Desde que lo compró el año pasado, Jaguar ha desempolvado un proyecto de deportivo -"el Tipo-E era icónico y por eso lo hemos resucitado", explica Ratan- y ha acelerado el desarrollo de híbridos de bajo consumo.
Los nuevos modelos son la clave del plan de Tata para Jaguar Land Rover (JLR), que da trabajo a 15.000 personas y que fue, durante años, una cruz financiera para Ford, su antiguo dueño. "Me gustaría salir de la recesión con estos nuevos productos", confiesa Ratan. "Lo que sería triste, un remordimiento, es que la crisis continúe y no tengamos acceso a fondos. Lo primero que ocurrirá es que los proyectos se paralizarán y saldremos de la recesión igual que cuando entramos. Tenía la esperanza de salir de ella como una nueva empresa".
En busca de financiación
El remordimiento es lo más probable. Según desveló The Sunday Times el año pasado, Tata, incapaz de movilizar préstamos bancarios para aliviar a JLR de una desastrosa caída de las ventas, ha pedido ayuda económica al Gobierno. Hasta el momento, la respuesta ha sido tibia, incluso con una garantía de suscribir un préstamo del Banco Europeo de Inversiones, cubierto con condiciones que no son de su gusto. Si no se tapa el vacío, el nuevo Tipo-E corre el peligro de seguir aparcado en la pizarra.
Claro que podría ser peor. Por ahora, JLR ha evitado la serie de cierres largos y despidos masivos que han afligido a otras fábricas británicas de coches. A largo plazo, hace tiempo que los analistas vienen diciendo que JLR tiene una fábrica de más y que las tres -Halewood, Solihull y Castle Bromwich- podían convertirse en dos.
Las demás operaciones británicas de Tata también lo están pasando mal. La semana pasada, Corus, la acería que compró en 2007 y que incluye lo que fue British Steel, anunció que tendría que poner en la reserva su planta de Teesside, una medida que amenaza 3.000 puestos de trabajo.
Ratan es cortés, educado a la antigua. Pertenece a la aristocracia empresarial india, nieto de Jamsetji Tata, el santo patrono de los negocios en el subcontinente y uno de los artífices del país. La primera acerería, planta hidroeléctrica y aerolínea de la India fueron, todas ellas, proyectos de Jamsetji Tata, que plasmaban el capitalismo con un marcado toque socialista.
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