Motor clásico

El 'soviet' más americano: GAZ Volga, el coche de la élite comunista

Gaz (Gorkovski Avtomobilny Zavod) es una marca rusa creada en la ciudad de Gorki, que hoy vuelve a llamarse Nijni Novgorod como antes de la era soviética.

Especializada desde mediados del siglo XX en la fabricación de camiones y autobuses, detenta actualmente el primer puesto en cuanto a ventas del mercado ruso en este segmento de vehículos pesados.

Pero también tiene una vertiente de producción de automóviles de turismo, destinada principalmente al mercado nacional, donde es el segundo fabricante por detrás de AutoVaz, conocida en Europa por sus modelos comercializados bajo la marca Lada.

La fabricación de turismos viene de largo en Gaz. Uno de los modelos más famosos por su "revolucionaria" estética y por haber representado al régimen soviético y sus dirigentes en innumerables testimonios gráficos fue el Volga de 1955.

Volcada en la industria militar, Gaz quiso hacer a mediados de los 50 un vehículo digno de los máximos responsables del Partido Comunista. Se trataba además de sustituir al veterano Poveda, cuya estética de los años 40 se había quedado ya completamente obsoleta en el mundo capitalista.

En aquellos tiempos el estilo que imperaba era el de los espectaculares y grandes coches americanos, donde el Volga encontró la inspiración para su carrocería. Concretamente en el Ford Customline que poblaba por entonces las carreteras de los Estados Unidos.

En producción durante 55 años

Enseguida el Volga se ganó la admiración de los dirigentes soviéticos, que se vieron más igualados a sus enemigos de la guerra fría en cuanto a competir en coches de representación. Para los máximos cargos se prepararon unas versiones especiales de motor V8 y 195 caballos. Incluso el temido KGB encargó una versión especial para sus sórdidos servicios de represión y contraespionaje, con un motor Lada rotativo de doble pistón.

La versión estándar se contentaba con un cuatro cilindros ZMZ de 75 caballos que, aunque con una velocidad máxima de 135 kilómetros por hora suponía un gran progreso frente al Poveda, se mostraban a todas luces insuficientes para mover con cierta soltura el pesado Volga con sus 4,83 metros de largo. Esto supuso un serio inconveniente cuando GAZ decidió la exportación del Volga al otro lado del telón de acero y obligó a la marca a "apretar" la mecánica hasta los 80 caballos.

Con el mismo fin se desarrolló una caja de cambios automática por convertidor de par hidráulico de tres marchas, aunque por su complejidad y fiabilidad no tuvo continuidad en el modelo.

Con la llegada del los años 60 el Volga se "occidentalizó" aún más en su diseño, haciéndose más elegante y cambiando su calandra aunque manteniendo el logo del ciervo característico de la marca. También se lanzó la versión familiar para competir en el entonces creciente segmento de los break, y se la bautizó con el sugerente y burgués nombre de Week-end.

La llegada al mercado europeo hizo que algunos importadores como en Bélgica remotorizaran el Volga y lo convirtieran a diésel para rebajar el consumo, primero con un motor Perkins 1.6 de 48 caballos. Pero la potencia resultaba claramente insuficiente y posteriormente recurrirían a un Rover de 65 caballos que le permitían ya alcanzar una velocidad punta de 125 kilómetros por hora. Durante los años 80, todavía recibiría una nueva motorización turbodiésel, esta vez transplantada del Peugeot 505.

A pesar de sus limitaciones y su veterana concepción, el Volga se mantuvo en producción hasta 2010 completando un ciclo comercial de más de medio siglo y durante el cual se produjeron casi un millón y medio de unidades sumando todas las versiones.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky