Motor clásico

El garaje de la Casa Blanca

William McKinley fue nombrado presidente de los Estados Unidos en 1897, el vigésimo quinto de la lista, pero fue el primero de ellos en utilizar un automóvil para sus desplazamientos.

Cuando McKinley llegó a la presidencia, la industria americana del automóvil apenas si era una recién nacida. El mismo año que McKinley tomó posesión de su cargo, los hermanos Stanley creaban su primer coche. Se trataba de un modelo con propulsión a vapor que batió todos los records de producción entre 1898 y 1899 en los Estados Unidos, en total, doscientas unidades salieron de la fábrica, una de ellas fue utilizada por Mckinley en alguno de sus viajes.

Por aquel entonces el coche de caballos era el vehículo oficial de la Casa Blanca y así se mantuvo hasta 1928, siendo éste el medio de transporte de los presidentes para las grandes ocasiones hasta esa fecha. Daniel Webster, un afro americano, tuvo el honor de ser el último cochero de la Casa Blanca y el primer chofer de la misma, pasó de arrear los caballos a conducir un Ford Modelo A.

Mckinley fue asesinado en septiembre de 1901, durante el segundo período de su mandato. Con la llegada del nuevo inquilino, Theodore Roosevelt, la Casa Blanca decidió adquirir el primer vehículo oficial, se trataba de otro Stanley a Vapor construido en 1902, pero al presidente no parecía llamarle la atención el mundo del automóvil por lo que siguió trasladándose en carruaje.

No fue hasta la llegada de Taft, en 1909 cuando las caballerizas de la Casa Blanca se convierten en un garaje, además de otra vaporera modelo M de la Stanley Motor Carriage Company, se adquieren los primeros automóviles con motor de combustión, dos Pierce Arrows, el congreso autorizó un gasto de 12.000 dólares para tal propósito, por fin el progreso había llegado a la Casa Blanca.

Se extiende el uso del coche en la Casa Blanca

A partir de ese momento el uso del automóvil como vehículo del presidente y la escolta se va normalizando, eso sí, son los mejores modelos, los más grandes y los más equipados que puede producir la industria americana. Woodrow Wilson, presidente de 1913-1921, utilizó un Cadillac por primera vez durante el desfile de conmemoración de la victoria conseguida en la I Guerra Mundial, por las calles de Boston, al poco tiempo sufrió un derrame cerebral que le obligó a dejar su cargo. Warren Harding le relevó en el puesto y fue trasladado a la ceremonia de toma de posesión en un Packard Twin-Six recién salido de fábrica.

Hasta la década de los treinta los automóviles presidenciales no constaban de ningún dispositivo de seguridad especial que protegiera a sus ocupantes, se trataba de modelos de fabricación en serie. Este aspecto comenzó a cobrar importancia, los magnicidios forman parte de la historia de los Estados Unidos y un vehículo es blanco fácil. El presidente Franklin D. Roosevelt (1933-1945) fue el primero en usar un coche blindado. Se trataba de un Cadillac Sedan 341 que había sido confiscado al histórico Al Capone por sus deudas con el estado. Las guerras entre mafias habían hecho que éste mandara construirse un vehículo que le diera la máxima protección, tanto la carrocería como los neumáticos y los cristales eran antibalas, tan solo hubo que adaptarle un equipo de comunicaciones para convertirle en el nuevo coche del presidente.

Lincoln será la encargada de construir las limusinas presidenciales

Lincoln, la marca de lujo de Ford, comenzó a ligar su historia con la Casa Blanca en los umbrales de los años cuarenta, a partir de ese momento se encargará durante décadas de construir las limosinas presidenciales. Vehículos de máxima seguridad a los que se les aplica la tecnología más avanzada y que están supervisados por el Servicio Secreto de los Estados Unidos.

Lincoln entregó un V12 construido sobre la base del K, más conocido como "Sunshine Special", al presidente Roosevelt en régimen de alquiler en 1939, la factura ascendía a 500 dólares anuales. Este vehículo fue utilizado en numerosas ocasiones hasta 1950, fecha en la fue sustituido por un Cosmopolitan de la misma marca, ya bajo el mandato de Truman y del cual se dice que fue elegido por la aversión que este presidente sentía hacia General Motors ya que le había negado el uso de sus vehículos durante la campaña presidencial en 1948.

A este modelo se le añadió en 1950 una versión con capota de plástico transparente a prueba de balas, el "Bubbletop" como era conocido, permitía a las masas contemplar al presidente en los desfiles independientemente del clima del momento, que además contaba con un sistema de elevación en los asientos traseros, que más tarde otros vehículos famosos pertenecientes a celebridades estarían inspirados en este modelo, es el caso del "papamóvil".

La limusina de Kennedy

Pero quizás, el más famoso de estas limosinas fue la que circulaba por la calle Elm, de Dallas (Texas), aquel 22 de noviembre de 1963. Un Lincoln Continental SS 100 x producido en 1961 transportaba al ya mitificado J. F. Kennedy y a su esposa. El techo descubierto dejó al presidente desprotegido ante los disparos de un rifle. Tras ser reconstruido y borrada toda huella del magnicidio, volvió a la flota presidencial donde estuvo prestando servicio hasta 1967. En los sucesivos años Lincoln fue actualizando el coche presidencial con nuevas versiones de este modelo, adaptándolas a las necesidades de cada inquilino de la Casa Blanca, siguiendo rigurosamente las instrucciones del servicio secreto y aplicando los últimos adelantos tecnológicos, gracias a esto Gerald Ford y Ronald Reagan salieron ilesos de atentados sufridos cuando iban de pasajeros en sus vehículos.

Modelo Lincoln Continental SS-100-X de 1961

Hoy en día se conservan todos estos vehículos en el museo Ford en Diborne, Michigan. Por desgracia, esta exposición ni ninguna otra sobre limosinas presidenciales puede ser ampliada ya que en 2001 se aprobó una ley, alegando motivos de seguridad, que obligaba a destruir los coches oficiales usados por los presidentes de Estados Unidos.

En la década de los 80 llegó el turno para General Motors. Hess & Eisenhardt modificaron un par de Cadillac Fletwood que fueron entregados a la administración Reagan en 1983. Tras su jubilación, uno de ellos fue prestado en 1993, a los productores de la película de Clint Eastwood "En la línea de fuego".

Los vehículos de los últimos presidentes

Clinton recibió en 1993 un Cadillac Fleetwood Brougham con motor Chevrolet de 7.400 centímetros cúbicos con el que acudió a la ceremonia de juramento de su cargo y que fue utilizado hasta 2001, año en el que, de nuevo Cadillac, hace entrega de otra limosina presidencial, nuevo presidente, nuevo vehículo. Derivada de su modelo DeVille y que es utilizada por George W. Bush hasta el final de su mandato en 2009, aunque también hizo uso de otras berlinas blindadas que le fueron entregadas durante el segundo período de su mandato y que se basaban en el modelo DTS, un sedán producido por la filial de General Motors.

El 20 de enero de 2009, Barack Obama, el presidente número 44, estrenaba limosina Cadillac a la que en los medios de comunicación se refieren como "el tanque rodante con ventanas" y popularmente es conocida como "la bestia", ya se imaginarán porque. Los detalles específicos de este vehículo se mantienen a buen recaudo en poder de los servicios secretos del país. El "Cadillac One" es transportado en un avión de carga modelo C-7 para que el presidente pueda usarlo en sus visitas oficiales y por ello, debe llegar a su destino siempre antes que el "Air Force One".Sorprendentemente su motor es diésel y echando un vistazo a su estética exterior parece un cóctel de modelos Cadillac, casi todo el cuerpo parece derivar directamente de los últimos DeVille DTS, el frontal, faros, espejos y manetas de las puertas son las mismas que se instalan en los Escalade, pero con la vista puesta en la parte trasera nos recuerda un CTS.

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