
Ferrari presentó ayer el nuevo sistema de propulsión ("a consecuencia del reglamento de 2014 ya no se habla de motores") que montarán sus monoplazas en el Mundial de Fórmula 1 del próximo año, durante la tradicional reunión previa a Navidad entre la prensa y el presidente Luca di Montezemolo en Maranello.
Se trata de un motor V6 de 1.600 cc con turbocomprensor (frente al V8 de 2.400 aspirado de hasta ahora), junto al cual habrá un propulsor eléctrico que actuará como generador recuperando la energía de los gases expulsados por el escape, y a los que se sumará un segundo motor eléctrico que, como ocurría hasta ahora, se encargará de recuperar la energía de frenado (KERS).
"Toda la energía generada por los motores eléctricos se almacenará en una batería mucho más grande y potente que la actual, pero mantendrá su posición bajo el depósito de gasolina", explicó el director de Motores y Electrónica de la Scuderia, Luca Marmorini. "El sistema de control electrónico será todavía más sofisticado, con el fin de coordinar y gestionar todos estas unidades electromecánicas nuevas", siguió añadiendo Marmorini.
Como el reglamento del próximo año limita la utilización de combustible en carrera a sólo 100 litros, la eficiencia del sistema de propulsión se antoja como un factor decisivo. "Una nueva reglamentación, un reto fascinante, que pone gran énfasis en la recuperación de energía y en la eficiencia del sistema de propulsión", concluyó el responsable de mecánica de Ferrari.
Ferrari apenas mostró una vista preliminar en tres dimensiones del 059/3, como se ha bautizado a este sistema de propulsión, pero la 'solemnidad' del acto de presentación -en el que estuvieron presentes todos los miembros que han formado parte de la coordinación del proyecto- revela la gran importancia que tendrá este conjunto moto, mucho más que en los últimos años, durante la próxima temporada.