Fórmula 1

Fórmula/GP Bahréin.- Políticos británicos piden a las empresas que retiren su publicidad en el circuito por la represión

Un grupo de políticos británicos ha advertido a las empresas que se anuncian en la Fórmula 1 de que su imagen podría verse perjudicada si apoyan la celebración del Gran Premio de Bahréin y han señalado que la carrera debería haberse anulado debido a la represión contra movimientos opositores.

LONDRES/MANAMA, 19 (EP/Reuters)

Durante la última noche, la Policía ha reprimido concentraciones en la localidad de Sanabis utilizando gases lacrimógenos para dispersar a cientos de manifestantes.

Las autoridades bahreiníes han informado de que han detenido a "manifestantes y vándalos" por participar en protestas ilegales. No se ha dado un número preciso de detenidos, pero los activistas de Derechos Humanos han denunciado que en la última semana se han arrestado a 90 personas.

Los manifestantes antigubernamentales pretenden convocar manifestaciones este domingo en el marco de la celebración de la carrera. John Yates, exagente de la Policía de Londres que asesora al Gobierno bahreiní, ha señalado que no se puede garantizar la seguridad de los equipos y de los espectadores.

Andy Slaughter, un político británico que encabeza el Grupo Parlamentario por la Democracia en Bahréin, ha escrito a varias de las empresas que subvencionan el Gran Premio. "La celebración del Gran Premio de Bahréin quiere demostrar a todo el mundo que todo sigue igual, cuando en realidad no puede estar más alejado de la verdad", ha señalado.

"Nos preocupa que no retiren el patrocinio y salven su reputación de un régimen totalitario", ha indicado en la carta. "Pedimos sinceramente que reconsideren su asociación con el Gran Premio de Bahréin y decidan anular el patrocinio de la carrera", ha añadido.

La carta ha sido enviada a Shell, Vodafone, Unilever, Total, Siemens, Red Bull, UBS, News Corporation, Hugo Boss, Ferrari, ExxonMobil, Deutsche Post y Daimler, según Slaughter. "Si son grandes marcas, deberían defender su imagen", ha indicado. Mientras periodistas de deportes llegan a la isla para cubrir la carrera, las autoridades han prohibido la entrada a otros corresponsales.

FORCE INDIA, EN MEDIO DE UNA PROTESTA

Dos empleado del equipo Force India han pedido abandonar el país este jueves ante la falta de seguridad. Según los responsables del circuito, cuatro empleados iban en un coche desde el circuito a Manama cuando se han encontrado con "un incidente aislado de manifestantes actuando violentamente contra la Policía".

"Durante este incidente, un cóctel molotov ha explotado cerca del vehículo", han explicado los gestores del circuito, que han señalado que las autoridades bahreiníes podrán gestionar estos problemas y "confirmar que se tienen en cuenta todas las precauciones para poder asegurar que se mantiene el nivel de seguridad".

Los pilotos de Force India, Nico Hulkenberg y Paul Di Resta, han señalado que no se han visto involucrados en ningún incidente violento. "Es obvio que no es bueno que sucedan este tipo de cosas", ha indicado Hulkenberg. "Estamos aquí para competir. El negocio de la F1 se basa en el entretenimiento y este tipo de cosas no debería pasarnos", ha añadido.

"PREMIO A LOS DICTADORES"

Nabeel Rajab, fundador del Centro de Bahréin por los Derechos Humanos, ha señalado que la celebración de la carrera muestra una falta de respeto por los muertos y heridos durante la represión.

"No estamos en contra de la Fórmula 1 por estar en contra de la Fórmula 1, a toda la nación le gusta disfrutar de este deporte. Estamos en contra de premiar a los dictadores. La Fórmula 1 en Bahréin se ha tomado como un premio para la élite política, los dictadores que dirigen el país", ha denunciado.

El pasado año, Bahréin tuvo que desembolsar la cuantía por acoger el Gran Premio a pesar de que se suspendió por las revueltas. El precio es de unos 25 millones de euros. Hace dos años, al menos 100.000 personas acudieron a la celebración del Gran Premio y el Estado ingresó unos 500 millones de dólares (380 millones de euros).

Al menos 35 personas murieron durante la represión de las fuerzas de seguridad en las protestas del pasado año y otras cinco fallecieron tras ser torturadas mientras se encontraban detenidos. Tras establecer el estado de emergencia desde marzo hasta mayo, la situación pareció normalizarse, aunque después los movimientos opositores volvieron a celebrar concentraciones.

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