La Comisión Europea aprobó hoy nuevas normas para la distribución y servicios posventa de coches nuevos que liberalizan completamente el sector de la venta de vehículos. No obstante, el Ejecutivo comunitario mantendrá controles en el sector de la reparación y las piezas de recambio por considerar que todavía no hay suficiente competencia, lo que se ha traducido en un aumento de precios en los últimos años.
Las reglas vigentes sobre distribución y reparación de coches en la UE, que regulan la relación entre fabricantes y concesionarios y talleres, datan de 2002 y expiran el próximo 31 de mayo. Su objetivo era aumentar la competencia en el sector y para ello autorizaban a los concesionarios a vender varias marcas en sus locales.
Ocho años después, el Ejecutivo comunitario considera que ya no existen problemas importantes de competencia que justifiquen la existencia de reglas específicas para el mercado de venta de coches. Los márgenes de los fabricantes y los concesionarios son pequeños y, durante varios años, la excesiva capacidad de producción y el progreso tecnológico han aportado ventajas a los consumidores como una bajada de los precios reales de los vehículos y un aumento de la gama donde elegir. La crisis financiera ha incrementado esa presión a la baja sobre los precios, según Bruselas.