
Imagine que llega hoy a la oficina y, por 9,58 segundos trabajados le pagan un jornal de 160.000 dólares. Unos días después, un trabajo de 19,19 segundos le reporta otros tantos. En suma se ha llevado 320.000 dólares por menos de 30 segundos de actividad. Pues esa cantidad es la que se ha embolsado el jamaicano Usain Bolt en premios individuales durante los Mundiales de Atletismo que ayer concluyeron en Berlín.
Oro en los 100 metros lisos, oro en los 200 metros, oro en el 4x100 metros, dos récords mundiales y un suculento botín. No sólo es uno de los mejores atletas de la historia, sino también uno de los que más han ganado del momento. La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) había fijado una cuantía de 60.000 dólares para cada medalla de oro conseguida, con un bote de 100.000 dólares para quien batiera a título individual un récord mundial en la pista, cantidades sumadas gracias al apoyo de patrocinadores.
Icono publicitario
Ningún otro atleta ha conseguido embolsarse más dinero que Usain Bolt en estos Mundiales. Pero su cuenta corriente no sólo vive de records batidos y medallas de oro colgadas del cuello en la pista, sino de los réditos que éstas le otorgan fuera de ellas. De Puma, su proveedor y principal patrocinador, recibe un millón y medio de dólares al año. Precisamente el contrato que la marca del felino firmó en su día con Bolt se ha convertido en una de sus mejores operaciones de promoción. En un deporte dominado por Nike, Adidas y Reebok, hoy la zapatilla más mediática es la de Puma.
El pasado día 16 por la noche, dos horas después de batir el récord del mundo de los 100 metros lisos, Bolt seguía en la pista participando en una sesión de fotos para su espónsor, en el primer ejercicio de marketing encaminado a rentabilizar el éxito obtenido. No serán pocas las firmas que se acerquen hasta Jamaica para estampar la imagen del corredor en sus productos. La marca de bebidas isotónicas Gatorade ya lo ha hecho, intensificando su relación con el atleta después de los pasados Juegos Olímpicos de Pekín, hace justamente un año, cuando Bolt se convirtió en recordman mundial de los 100 y los 200 metros lisos, con un crono de 9,69 y 19,30 segundos, respectivamente. Era la primera vez que un ser humano bajaba de 9,70 en los 100 metros. En Berlín ha rebajado ambos registros en 11 centésimas: 9,58 en los 100 y 19,19 en los 200.
Más caché
Ya se especula con la posibilidad de que el propio Bolt pulverice sus propios registros. ¿Bajar de 9,50 en los 100? ¿De 19 segundos en los 200? El debate está servido. Un debate suculento para el jamaicano, que verá disparado su caché, ya de por sí elevado. Tras el doble oro olímpico de Pekín su participación en un mitin de atletismo superaba los 200.000 dólares. En Toronto, donde corrió bajo la lluvia hace unos meses como prueba de preparación para el Mundial, recibió 250.000 dólares. Una cantidad similar se llevó también de Ostrava.
Y la caja registradora sigue en funcionamiento. Porque, de cara a próximas citas atléticas, no serán pocas las pruebas que quieran contar con Bolt en la pista, deseosas de que sea en su tartán donde vuelva a batirse, una vez más, un récord del mundo de velocidad. Convencer al jamaicano de que se calce nuevamente las zapatillas Puma y busque la hazaña será todo un reto financiero. A cambio, las cámaras de medio mundo no se perderán la ocasión de verle en acción. Es el hombre más rápido del mundo. También con las finanzas.