Por Toni Clarke
WASHINGTON (Reuters) - Científicos que han dedicado años adesarrollar fármacos para tratar enfermedades como el cáncerestán ahora trabajando para las compañías tabacaleras en lafabricación de cigarrillos electrónicos.
Philip Morris International Inc ha contratado a más de 400científicos y técnicos en su planta de investigación deNeuchatel, en Suiza, entre ellos a toxicólogos, químicos,biólogos, bioestadísticos y expertos en temas de regulación.
Altria Group Inc, el fabricante de los cigarrillosMalboro, reclutó a decenas de científicos y expertos en salud,al igual que compañías independientes como NJOY.
Los nuevos empleados brindan experiencia sobre el desarrollode dispositivos inhaladores y formas de hacerse camino entre lasregulaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos deEstados Unidos (FDA por sus siglas inglés), un conocimientovalioso para el nuevo mundo de los cigarrillos electrónicos.
Afirman que intentan mejorar la salud pública.
"Si tienes un producto que previene el cáncer en primerlugar puedes tener un impacto mucho mayor en la salud pública",dijo Gizelle Baker, un bioestadístico en Neuchatel quepreviamente trabajó antes en la firma Poniard Pharmaceuticals,que desarrolla tratamientos contra el cáncer.
La meta es mejorar la generación actual de cigarrilloselectrónicos y, cuando sea posible, mostrar evidencia de quereducen el riesgo de enfermedades.
Las compañías que tuvieron éxito tienen una ventaja en unmercado que Bonnie Herzog, analista de Wells Fargo Securities,espera que sobrepase a los cigarrillos comunes en Estados Unidosen la próxima década.
Los productos que la FDA ha declarado como de menor riesgopueden ser tratados con mayor indulgencia para las cuestionesregulatorias.
"Si las compañías tabacaleras pueden probar que hay unriesgo reducido, los cigarrillos electrónicos probablementeestarán menos regulados y gravados que los cigarrillos", dijoPhilip Gorham, analista en Morningstar que considera que PMI(Philip Morris Internacional) está liderando esta tendencia enla industria.
"Si no pueden, probablemente quedarán sujetas a las mismasrestricciones", agregó.
LICENCIA SOFISTICADA
PMI ha invertido más de 2.000 millones de dólares endesarrollar y evaluar productos con menor riesgo. El año próximoplanea solicitar una declaración de riesgo modificado con la FDApara su producto iQOS, una barra de tabaco que se calienta lonecesario para producir un atomizador pero no hace combustión.
La quema de tabaco produce buena parte de los químicostóxicos. La compañía apuesta a que la presencia de tabaco realpueda hacerlo más satisfactorio para los fumadores que loscigarrillos electrónicos existentes. También está desarrollandola próxima generación de cigarrillos electrónicos.
Pero comprobar que un producto reduce el riesgo requiere unaciencia sofisticada y la FDA quiere ver beneficios de saludtanto para los fumadores individuales como para la poblacióngeneral.
Manuel Peitsch, profesor de bioinformática en la Universidadde Basil y ex directivo de Novartis AG y GlaxoSmithKline Plc,ayuda a liderar una iniciativa en PMI para analizar loscomponentes en el vapor, determinar su efecto en las células ydemostrar cuán proclives son los productos de causarenfermedades.
La compañía también está realizando ensayos clínicos enhumanos para evaluar si los productos reducen la exposición deuna persona a elementos dañinos y, si es así, si esa disminucióncorresponde a un menor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón,cardiopatía o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Históricamente, las fabricantes de cigarrillos no hancontado nunca con personal tan calificado en áreas de salud.Pero ellos constituyen la base de la industria farmacéutica, elsector a dónde están acudiendo ahora las tabacaleras paraencontrar talentos.
"En esencia, ellos se han estado preparando para estodurante 20 años", dijo el doctor David Kessler, ex comisario dela FDA que encabezó la investigación de la agencia a laindustria del tabaco en la década de 1990.
"Ellos entendieron hace tiempo que están en el negocio dedistribución de nicotina", declaró.
EN BUSCA DE NUEVOS EMPLEADOS
Los ejecutivos del tabaco dicen que han encontradoprofesionales de la industria farmacéutica dispuestos a trabajarcon ellos, gracias en parte a una ola de fusiones yadquisiciones que ha dejado a muchos investigadores buscando unempleo.
La crisis financiera del 2008 provocó decenas de miles derecortes de puestos de trabajo y sacudió incluso a quienestenían sus puestos asegurados.
No todas las compañías tienen recursos para conducir estaclase de ensayos clínicos iniciados en PMI, pero muchas estánbuscando a expertos en dispositivos médicos que puedan ayudar aelevar la calidad de sus productos.
Chenyue Xing es una ingeniera química que trabajó para MAPPharmaceuticals y la firma de investigación de fármacos contrael cáncer Genentech. Hace dos años, se integró a la compañía PaxLabs Inc, con sede en San Francisco, donde combina y pruebafórmulas potenciales de nicotina líquida.
El trabajo es similar que en MAP, donde probó losingredientes para usarlos en los dispositivos inhaladores de lacompañía. Pero a Chenyue le gusta la atmósfera empresarial dePax y la idea de crear un alternativa libre de humo para loscigarrillos.
"Crecí en China, donde hay muchas menos áreas libres de humode cigarrillos", explicó. "Soy muy sensible a los olores, y pormucho tiempo, si hay personas fumando al lado mío, he tenido quecontener parte de la respiración", dijo.
El doctor Joshua Rabinowitz, presidente ejecutivo interno deNJOY, dijo que se encuentra atraído por el potencial para lasalud pública que tienen los cigarrillos electrónicos.
Rabinowitz cofundó Alexza Pharmaceuticals Inc, quefabrica un inhalador que permite que los medicamentos seanabsorbidos rápidamente por el torrente sanguíneo.
Algunos expertos ayudan a las compañías a cumplir con lasregulaciones de la FDA y llevar adelante a nuevos productos porel proceso de aprobación de la agencia.
Para encabezar la división de asuntos regulatorios, Altriacontrató a James Dillard, un ingeniero biomédico de laUniversidad de Tulane que había pasado 13 años en la FDA y quellegó a convertirse en director de dispositivos cardiovascularesy respiratorios del grupo.
En tanto, PMI contrató para un rol similar a Bruce Clark,como vicepresidente de asuntos regulatorios y científicos, uncargo que tenía previamente en la farmacéutica Apotex Inc.
Algunos nuevos profesionales de la industria de salud estándispuestos a desarrollar productos de tabaco de riesgo reducidopero no para una compañía que también elabora cigarrillos.
"Toda esta puesta en marcha es esquizofrénica", dijo eldoctor Lars Erik Rutqvist, un oncólogo y ex profesor delInstituto Karolinska de Suecia que ha recibido ofertas detrabajo de tabacaleras. "Yo no querría ser parte de eso porqueellos aún obtienen buena parte de sus ganancias de loscigarrillos", aseveró.
En lugar de ello, Rutqvist trabaja para la firma sueca MatchAB, que vende productos de tabaco sin humo conocidoscomo "snus". La compañía fue la primera en presentar a la FDA unnuevo diseño de aplicación que presuntamente representaba menosriesgos.
Un panel de expertos de la FDA recomendó en abril a laagencia rechazar el producto.
VIEJOS PECADOS
La industria del tabaco ha reclutado expertos médicos antes,pero no a la escala que lo está haciendo en la actualidad.
Muchos especialistas en salud pública cuestionan los motivosdetrás del actual reclutamiento. Temen que los cigarrilloselectrónicos no beneficien en nada a los fumadores y, en cambio,sólo introduzcan a una nueva generación al mercado de lanicotina justo cuando las tasas de tabaquismo están en baja.
"Con cada nueva generación de productos existe la tentaciónde creer que antes eran malos pero ahora son buenos", dijoMatthew Myers, líder de la Campaña por Niños Libres de Tabaco.
Victor DeNoble, psicólogo experimental especializado en elimpacto de las drogas en el cerebro, se unió a Philip Morris en1980 para crear un cigarrillo que causara menos ataquescardíacos, un desafío que le resultaba emocionante.
Pero cuando su trabajo reveló que la nicotina es adictiva,la empresa cerró su laboratorio y prescindió de la pesquisa. Unadécada después, DeNoble se convirtió en el primer informante entestificar contra la industria ante el Congreso estadounidense.
"La industria del tabaco ahora dice 'cometimos errores yqueremos corregirlos, por eso queremos que se una a nosotros'",dijo DeNoble. "El atractivo sigue siendo la salud pública. Peroya estoy mayor y más sabio, y no puedo confiar en una industriaque reiteradas veces ha roto sus promesas", finalizó.
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