Cultura

El primer ministro japonés hace una ofrenda que irrita a los países vecinos

Por Elaine Lies y Kiyoshi Takenaka

TOKIO (Reuters) - El primer ministro japonés, Shinzo Abe, envió el martes una ofrenda ritual a un santuario de Tokio para los muertos en la guerra, lo que irritó a sus vecinos asiáticos justo antes de que previsiblemente se reúna con el presidente chino, Xi Jinping, al margen de una cumbre de líderes en Yakarta.

Abe realizó la ofrenda, un árbol en una maceta, un día antes de que un grupo de abogados rindiesen honores al santuario de Yasukuni. El momento elegido se ha percibido como un intento de evitar un bochorno diplomático durante la cumbre del miércoles.

Abe dijo a los periodistas antes de partir a la conferencia Asiático-Africana que esperaba que él y Xi pudieran reunirse, añadiendo: "Me gustaría estrechar lazos con China bajo el principio de una relación mutua beneficiosa y estratégica".

Una fuente del Gobierno japonés dijo que Abe expresaría su arrepentimiento por la Segunda Guerra Mundial el miércoles, pero los medios dijeron que no emularía a su predecesor, Junichiro Koizumi, que realizó una disculpa en la misma conferencia en 2005.

Los lazos entre China y Japón se han resentido en los últimos años debido a las disputas por el pasado bélico de Japón, del cual existe una amarga memoria en China, así como disputas territoriales y la desconfianza mutua por el refuerzo de Abe a las políticas de seguridad y la autoafirmación militar china.

El diario Yomiuri Shimbun dijo que la decisión definitiva de China sobre una reunión entre los líderes de la segunda y la tercera mayores economías del mundo dependía de las declaraciones de Abe.

La agenda de Xi en la cumbre sigue abierta y ha pedido a Tokio que reconozca el pasado. "El líder japonés debe cumplir cuanto antes con las promesas relevante de gobiernos anteriores para afrontar y reflejar la historia de agresiones", dijo el portavoz de Exteriores Hong Lei.

Corea del Sur, que también ve el santuario como un símbolo del pasado militarista nipón, expresó su irritación por la ofrenda de Abe en el santuario, donde los líderes condenados como criminales de guerra por un tribunal aliado son homenajeados junto a los muertos en la guerra.

La ofrenda marca una delicada línea política entre las demandas de los conservadores para visitar el santuario en persona y el deseo de mantener los lazos con Pekín y Seúl. Se espera que el miércoles muchos partidarios del partido en el poder visiten el santuario.

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