Por Will Dunham
WASHINGTON (Reuters) - Si quieres ser testigo de un efectivo trabajo en equipo, podrías encontrarlo entre los habitantes de un arrecife de coral al igual que en la oficina donde trabajas.
Científicos describieron el lunes cómo unos coloridos peces llamados truchas de coral reclutan a anguilas morenas para ayudarles a cazar su presa, y ambas acaban bien alimentadas. Los experimentos muestran que la trucha es selectiva a la hora de escoger a la mejor anguila como socia.
Los investigadores descubrieron que las truchas actuaban tan bien como los chimpancés de un estudio de 2006, en el que se demostró que nuestros primos lejanos se asisten unos a otros en la tarea de buscar comida.
La trucha de coral usa gestos corporales comunicativos, como sacudidas de cabeza y poniéndose cabeza abajo, para reclutar a anguilas como compañeros de caza.
Es un "dream team" submarino, ya que la trucha tiene la velocidad para perseguir a un pez en mar abierto y la anguila utiliza su sinuoso cuerpo para llegar a las presas que se refugian en los recovecos de difícil acceso del arrecife de coral. Unen sus fuerzas en la Gran Barrera de Coral de Australia.
Algunas morenas en la naturaleza son más útiles que otras. En el ambiente controlado de los experimentos en acuarios, se emplearon distintos modelos de anguila para probar cómo de bien una trucha de coral salvaje podía distinguir entre un buen colaborador y uno malo.
Uno de los modelos fue diseñado para acudir a la ayuda de la trucha y sacar a la presa. El otro modelo de anguila simplemente iba en la dirección contraria.
La trucha aprendió rápidamente qué anguila era mejor compañera y reclutaba al buen colaborador tres veces más a menudo, descubrió el estudio.
"Esto demuestra que no se necesita un gran cerebro mamífero para tomar esta clase de formas de comunicación", dijo Alexander Vail, un biólogo y zoólogo marino en la Universidad de Cambridge que dirigió el estudio publicado en la revista Current Biology.
"Aunque los cerebros de los mamíferos son más grande que los de los peces, el tamaño puede no ser el único factor importante, y todavía estamos muy lejos de entender el funcionamiento de los cerebros de los peces y la computación mental", añadió Vail.