(Reuters) - Un Ferrari 250 GTO Berlinetta rojo de 1962, que estuvo involucrado en un accidente fatal, ha establecido el récord mundial de venta de un coche en subasta tras llegar a los 38,1 millones de dólares (28,4 millones de euros) en la casa de subastas Bonhams en California.
La cantidad ofrecida el jueves por un postor cuya identidad no fue desvelada superó los 30 millones de dólares que se pagaron por un Mercedes Benz W196 de 1954 de carreras, también vendido en Bonhams, dijeron los subastadores en un comunicado de prensa.
"Siempre dijimos que superaríamos el récord mundial actual y que el coche traería entre 30 y 40 millones de dólares. Hoy el GTO hizo justo eso", dijo Robert Brooks, el presidente de Bonhams, en un comunicado.
Algunas informaciones previas a la subasta decían que el coche podría recaudar hasta 70 millones de dólares, pero la portavoz de Bonhams dijo que estas eran meras especulaciones.
El Ferrari era la joya de la corona para el acontecimiento anual de Bonhams en el Quail Lodge en la Península de Monterey en California.
La casa de subastas dijo que era la propiedad más duradera de un Ferrari 250 GTO Berlinetta, que perteneció a una única familia durante 49 años desde 1965 a 2014.
El coche vendido, de la Colección Maranello Rosso con el número de chasis "3851 GT" estampado, fue el decimonoveno 250 GTO Berlinetta fabricado por Ferrari y fue terminado el 11 de septiembre de 1962, dijo Bonhams.
Se envió al piloto de carreras francés Jo Schlesser para participar junto con el campeón francés de esquí Henri Oreiller en el Tour de Francia de Automóviles de 1962.
Oreiller tendría un accidente con el coche durante una carrera en el Montlhery Autodrome, al sur de París, y moriría posteriormente debido a las lesiones del choque en el hospital. Una información de un periódico del momento dijo que el Ferrari se salió de la pista y dio dos vueltas de campana después de que un neumático reventara.
El coche fue reparado por Ferrari en Italia y vendido al piloto italiano Paolo Colombo para el comienzo de la competición de 1963.
En 1965 el joven Fabrizio Violati, el vástago de una familia adinerada italiana, compró el coche. "Rescaté el coche de la chatarra y lo escondí de mis padres. Sólo lo conducía de noche para que nadie me viese", dijo Violati según Bonhams.
Durante casi 40 años más, Violati condujo el Ferrari en eventos de coches clásicos y carreras de automóviles históricos, y se convirtió en uno de los últimos 250 GTO en competir regularmente en la década 2000, hasta su muerte en 2010, dijo la casa de subastas.