Por Barbara Lewis
BRUSELAS (Reuters) - Responsables de agricultura de los 28 estados miembros de la Unión Europea se reunían el jueves para estudiar las consecuencias de la prohibición rusa de importar alimentos occidentales y para decidir si compensan a los agricultores.
La semana pasada, Rusia anunció el embargo durante un año a la importación de carne, pescado, productos lácteos, frutas y verduras procedentes de Estados Unidos, la UE, Canadá, Australia y Noruega en represalia por las sanciones económicas impuestas por Occidente debido a la actuación de Moscú en Ucrania.
Analistas dicen que Rusia podría estar perjudicándose a sí misma puesto que impulsará los precios de los alimentos al alza y alimentará la inflación, pero los agricultores europeos temen que una avalancha de fruta fresca y otros productos recorte fuertemente los precios que pueden cobrar.
La Comisión Europea ya ha anunciado un apoyo financiero a los productores de melocotones y nectarinas.
Bruselas afirma que el sector ya sufría un hundimiento de los precios antes de la prohibición rusa, aunque el embargo ha empeorado su situación y confirmado la necesidad de actuar.
En total, las exportaciones de productos agrícolas europeos a Rusia supone alrededor de 11.000 millones de euros anuales, alrededor del 10 por ciento de todas las ventas agrícolas de la UE.
Para algunos países, las repercusiones son más graves que para otros. Polonia pierde a su mayor comprador de manzanas, mientras que Francia, el principal productor agrícola de la Unión, teme que las miles de manzanas polacas que Rusia no importe acaben tirando los precios de los productos franceses.
Tras la reforma de la Política Agrícola Común, completada en 2013, la Unión tiene un fondo de emergencia de unos 420 millones de euros para compensar a los productores en caso de distorsiones repentinas del mercado.
Responsables comunitarios dicen que se podría adoptar una decisión muy rápida sobre si se podría utilizar el fondo, pero que primero necesitan datos adecuados de estados miembros para ver quién lo necesita más.
"Vamos a seguir modelos probables en cada mercado individual", dijo el portavoz de la Comisión Roger Waite.
OFERTA Y DEMANDA
La Comisión puede tratar de reducir la oferta, como ha hecho en el caso de los melocotones y las nectarinas. El apoyo a ambos, anunciado el lunes, consiste en aumentar la cantidad de fruta que puede retirarse del mercado del 5 al 10 por ciento.
Los productores serán compensados - con entre 20 y 30 millones de euros en total, según fuentes del sector - por la fruta retirada, que se entrega a instituciones como hospitales, colegios y prisiones.
Otras opciones son mejorar las estrategias de publicidad a nivel nacional y en mercados nuevos.
Esta misma semana, responsables comunitarios que hablaron a condición de no ser identificados dijeron que una posibilidad es mantener conversaciones para disuadir a suministradores alternativos de que vengan a Rusia los alimentos que Moscú ya no va a recibir de países europeos y occidentales.
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