MADRID (Reuters) - España, que recuperó el año pasado la tercera posición en el ranking mundial de destinos turísticos, ve con preocupación el retroceso del número de turistas desde Rusia, hasta ahora uno de sus mercados emisores más boyantes.
"En 2012 y 2013, el número de turistas rusos ha crecido un 25 por ciento en cada ejercicio hasta rozar casi los 1,6 millones, pero este año esta tendencia se ha invertido de forma drástica ", dijo Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Apartamentos Turísticos.
En junio, el número de turistas ruso cayó un 13,9 por ciento interanual a 221.895 viajeros, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Industria, y para julio Cehat teme un desplome cercano al 17 por ciento.
"Esto pone en alerta al sector, porque el turismo es un mercado muy sensible, no solo económica sino también políticamente", dijo Molas.
La depreciación del rublo frente al euro y la crisis en Ucrania han sido los catalizadores para la caída del turismo en la primera mitad del año, y el aumento de las tensiones entre Rusia y los países occidentales no contribuirá a mejorar esta tendencia.
"Hemos visto que en Rusia cuatro touroperadores pequeños han cerrado últimamente. No operaban rutas a España, pero no es un buen síntoma para nuestro mercado", dijo Molas.
El sector turístico español factura unos 110.000 millones de euros al año, equivalente a cerca del 11 por ciento del PIB, repartido casi al 50 por ciento entre turistas nacionales y extranjeros.
Según un estudio de la Diputación de Barcelona y la consultora Serhs publicado el año pasado, cada turista ruso gasta unos 1.025 euros en su viaje a España.
Con estas estimaciones, los turistas rusos se dejaron el año pasado algo más de 1.600 millones de euros en España, mucho más que los 338 millones de euros que, según diversas asociaciones agrarias, están ahora en juego en España por el veto ruso a determinados productos agroalimentarios occidentales.
"La actual guerra verbal no nos favorece", dijo Molas, aunque se mostraba confiado en que España recupere a los turistas rusos en cuanto las relaciones políticas mejoren.
La caída del turismo ruso se notará particularmente en Cataluña, que absorbe más del 50 por ciento de este mercado emisor. Otras regiones afectadas serán la Costa de Sol y las islas de Tenerife y Gran Canaria, según estimaciones del sector.