Por Jeb Blount
RÍO DE JANEIRO (Reuters) - Mientras el Mundial se celebra en Brasil, los fabricantes de vino del país también piensan que tienen algo que demostrar.
Su selección tiene el récord de poseer cinco títulos mundiales y están intentando conseguir un sexto, pero el vino brasileño tiene poco respeto.
Los excampeones Italia, Argentina, Francia y España son todos gigantes del vino. Entre los anteriores ganadores del Mundial, solo Inglaterra es un pequeño del vino y Alemania, a pesar de los sentimientos encontrados entre los amantes del vino, produce mucho y los alemanes están orgullosos de beberlo.
No ocurre lo mismo en Brasil. A no ser que sea una marca espumosa al estilo del champán, la mayoría de los locales amantes del vino preferirían pedir una botella a los representantes en el Mundial de Chile, Estados Unidos o Australia que tomar algo producido en casa.
Con un poco de ayuda de la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, un fabricante de vino brasileño, Lidio Carraro, está intentando cambiar eso.
"Con las miradas del mundo sobre Brasil, pensamos que este sería un gran momento para mostrar a la gente cómo está mejorando el vino brasileño", dijo Patricia Carraro, cuya familia posee una bodega.
"Brasil aún sufre un legado de vinos de baja calidad, pero en los últimos 15 años hemos construido una nueva realidad", dijo.
La bodega del estado más al sur de Brasil, Rio Grande do Sul, un reducto del siglo XIX y principios del XX de la inmigración italiana y alemana, ha producido tres vinos con el nombre de "Caras" para el Mundial: un blanco, un rosado y un tinto.
FIFA las ha etiquetado como los vinos oficiales del Mundial en Brasil.
MEZCLA BRASILEÑA
El uso de una mezcla, en vez de una única variedad de un determinado año como cabernet, sauvignon o chardonnay, es común en Rio Grande do Sul, el estado que más vino produce en Brasil, dijo Monica Rossetti, la enóloga que mezcla los vinos. También ocurre con los vinos espumosos más premiados.
Las mejores regiones para la viticultura en Brasil son muy montañosas, por lo que es difícil producir a gran escala, dijo Rossetti. A la vez, los impuestos brasileños y otros costes hace difícil competir con vinos de Argentina, Brasil o Chile, incluso con una tarifa especial sobre las importaciones de vino, añadió.
"Mezclar es común en regiones europeas como Burdeos, pero en Brasil muchos son fieles a los variedades", dijo Rossetti. "Pero en cuanto al precio, como otros muchos productos brasileños, es difícil competir, por eso solo somos una tienda", dijo.
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