Por Amelie Baron
PUERTO PRÍNCIPE (Reuters) - Un huérfano de doce años discapacitado de nacimiento se convirtió en el primer destinatario de una prótesis IMPRESA (IPR.LI)en 3D en Haití el mes pasado, gracias a un ingeniero informático británico de California.
Tras nacer sin dedos en ambas manos, Stevenson Joseph tenía pocas esperanzas de recibir tratamiento en un país donde los programas para discapacitados son muy raros a parte de algunas organizaciones de caridad.
Ahora la prótesis ajustada a su mano izquierda le ofrece un nuevo nivel de destreza, como poder jugar por primera vez al escondite con sus amigos e incluso la posibilidad de que pueda escribir algún día, según el personal del hogar para huérfanos discapacitados donde vive.
En 2010, Stevenson fue llevado al hospital Bernard Mevs en la capital, Puerto Príncipe, donde un equipo ortopédico trabajaba en colocar prótesis tras el devastador terremoto que causó heridas que requerían amputaciones.
"No lo podíamos ayudar aquí", recuerda Thomas Iwalla, un técnico ortopédico keniata en el hospital.
"Algunas condiciones congénitas, como la de Stevenson, son muy difíciles de tratar. Ni siquiera la cirugía podría recuperar sus dedos", dijo.
En una misión a Haití para la organización benéfica de Florida Food for the Poor el año pasado, John Marshall y su mujer Lisa, conocieron a Stevenson en el orfanato Little Children of Jesus donde ha vivido desde que fue abandonado a los 3 años.
De vuelta a California, Marshall leyó un artículo sobre Richard van As, un sudafricano que desarrollo una prótesis de plástico llamada "Robohand" cuando perdió unos dedos en un accidente de carpintería en 2011.
Marshall y van As trabajaron durante meses para diseñar una pro tesis disponible para impresión en tres dimensiones para el niño haitiano.
"Stevenson está discapacitado de manera leve, de una manera que no es tan grave como otros niños, pero sus manos le están reteniendo. Puede hacer mucho más. Tiene el potencial", dijo Marshall.
Tras tres intentos, la prótesis se terminó y se envió a Haití donde el equipo médico del hospital Bernard Mevs la ajustó a Stevenson el mes pasado.
"Una prótesis impresa es más anatómica y permite más movimiento que las que son hechas a medida", dijo Iwalla, un técnico ortopédico en el hospital. Además, una vez está diseñado el modelo, imprimir la prótesis cuesta sólo alrededor de 300 dólares (219 euros)", dijo.
"Algunos pacientes le dan más importancia a la apariencia. Pero para Stevenson la funcionalidad es el criterio más importante. Eso es lo que está en su mente. Su mano robot le hace feliz, nos hace feliz", dijo Iwalla.
En lugar de utilizar tinta para imprimir palabras o imágenes en papel, las impresoras 3D utilizan plástico o metal para construir objetos tridimensionales como joyería o armas.
Ahora, Stevenson pasa los días acostumbrándose a su nueva mano.
"Es una gran mano", dijo sonriendo, mientras enseña su lista de logros. "Ahora puedo coger un globo con ella, encestar una pelota. Sujetar un mando de televisión y empujar la silla de ruedas de mis amigos. Puedo sujetar una botella de agua, una bolsa. Me encanta", dijo.