PARÍS (Reuters) - Francia desplegó cientos de policías en París el lunes para aplicar las medidas más drásticas en 20 años contra el uso del coche, en un momento en el que las autoridades tratan de reducir la dañina contaminación días antes de las elecciones locales.
En medio de las preocupaciones por el empeoramiento de la calidad del aire desde hace una semana, cuando un tiempo extraordinariamente benigno impulsó la contaminación, el transporte público era gratis mientras que los conductores con matriculas pares tuvieron que dejar el coche en casa, bajo amenaza de multa.
París es más proclive a sufrir contaminación que otras capitales europeas por las ayudas de Francia al diesel y su elevado número de vehículos privados.
Unos 700 policías se apostaron en puntos de entrada a la ciudad antes del amanecer para aplicar las medidas, según las cuales los conductores sólo pueden usar su vehículo en días alternos dependiendo de si sus matriculas son pares o impares.
"Este es un problema de salud pública (..) y agradecemos a todo el mundo que lo ha aceptado", dijo el ministro de Transporte, Frederic Cuvillier, añadiendo que los primeros resultados mostraban que las colas de tráfico se habían reducido en un 60 por ciento el lunes en la hora punta de la mañana.
Aunque de ningún modo se acerca a los niveles vistos en algunas ciudades asiáticas, las cifras de la Agencia Medioambiental Europea (EEA) mostraron la semana pasada que había 147 microgramos de partículas en suspensión por metro cúbico de aire en París - frente a los 114 de Bruselas, los 104 de Ámsterdam, 82 de Berlín y 79,7 en Londres.
El último plan de restricción de la circulación se introdujo en 1997 para combatir la contaminación por diesel y duró un día.
El ministro Cuvillier dijo que el lunes por la tarde se tomaría la decisión sobre si ampliar las medidas un segundo día.
Las primeras informaciones sugirieron que la policía estaba aplicando las medidas con una cierta flexibilidad, con exenciones permitidas para muchas categorías de vehículos, incluidos taxis y coches híbridos.
"No es nuestro objetivo no es entorpecer la actividad económica", dijo Thierry Pujol, agente de policía en uno de los controles del sur de París, a BFM TV. Añadió que su equipo había parado unos 150 vehículos a primera hora, permitiendo el paso a furgonetas de reparto y multando a unos 30 conductores.
Quienes se salten la prohibición son multados con 22 euros en el lugar. La medida se aplicó días antes de que los votantes concurran a las urnas para elegir a alcaldes en todo el país en una votación a dos rondas el 23 y el 30 de marzo. Los sondeos muestran que los socialistas del presidente François Hollande son favoritos para retener el control de la capital francesa.