Cultura

El asesino del archiduque divide a su Bosnia natal un siglo después

SARAJEVO (Reuters) - La mujer hizo una pausa ante una foto de un joven de ojos oscuros y un bigote muy recortado.

"Ese es el terrorista serbio que esos chetniks (nacionalistas serbios) están alabando" dijo a un periodista que observaba la foto. "Empezó esa guerra. Ellos empezaron todas las guerras".

Gavrilo Princip mira hacia el suelo desde la pared de un museo junto al río en Sarajevo, donde una mañana de verano de 1914 abrió fuego contra el heredero del trono austrohúngaro.

La muerte del archiduque Francisco Fernando y su esposa, Sofía, desencadenó la I Guerra Mundial, acabando con una era de paz y progreso en Europa.

Cayeron imperios y murieron más de 10 millones de soldados. El orden mundial fue reescrito. Aún así, 100 años después, en la Bosnia natal de Princip, el tiempo se ha parado en muchos aspectos.

Un héroe para algunos, un presagio de destrucción para otros, su figura vuelve a ser discutida mientras Sarajevo se prepara para conmemorar el centenario del magnicidio el 28 de junio.

Para la fecha se están preparando dos tipos de conmemoraciones rivales, y las acusaciones de "revisionismo" sobrevuelan en un momento de renovadas tensiones al estilo de la Guerra Fría entre Oriente y Occidente.

La disputa está en el corazón de la Bosnia de hoy, un país aún afectado por las divisiones de las grandes potencias y que sigue discutiendo sobre el pasado, dividido sobre el presente e inseguro sobre el futuro.

"Aún no hemos pasado página", dijo la historiadora bosnia Vera Katz. "Es como si estuviéramos 100 años antes de 1914, no 100 años después".

Sarajevo abrió el siglo XX con el revólver Browning de Princip y lo cerró con los fusiles de francotiradores y morteros mientras los de su etnia asediaban la ciudad desde las colinas durante la guerra de Bosnia de 1992-95.

Para algunos, como la mujer del museo, los dos acontecimientos son parte de la misma curva de nacionalismo serbio.

Según ese relato, Princip era un "terrorista" decidido a unir los territorios serbios ortodoxos a expensas de los musulmanes bosnios y los católicos croatas.

Las fuerzas serbobosnias bajo el mando de Ratko Mladic trataron de llevar a cabo justo eso ocho décadas después.

El alcalde de Sarajevo Ivo Komsic, un bosniocroata, subrayó el papel de la ciudad en las dos guerras que enmarcaban el último siglo, cuando presentó los planes para el centenario el mes pasado.

"Los ojos del mundo se centrarán en Sarajevo una vez más y es importante que enviemos mensajes completamente diferentes de los mensajes de guerra que enviamos en 1914 y 1992", dijo.

ACTOS RIVALES

Tales comparaciones han irritado a los serbios que viven en Bosnia y en la vecina Serbia, para quienes Princip es un héroe paneslavo, y el tiro que disparó supuso la sentencia de muerte a siglos de ocupación extranjera sobre serbios, croatas y bosnios por igual.

Durante décadas fue la historia oficial en la Yugoslavia socialista, cuando Princip era venerado como un combatiente por la libertad de todas las naciones y religiones aglutinadas bajo Josip Broz Tito.

Escuelas y calles tomaron el nombre del asesino. Sus huellas fueron enmarcadas en el suelo en el punto desde el que disparó.

En su región natal, la montañosa Bosansko Grahovo, una placa colocada en 1949 sigue sobre la puerta de la escuela local, donde se alaba la lucha "valiente" de Princip por "la libertad nacional de nuestros pueblos".

Hoy, la placa está ennegrecida, afectada por las llamas que asolaron la escuela en 1995 cuando Yugoslavia se derrumbaba.

Sarajevo, ahora habitada mayoritariamente por bosnios musulmanes, planea celebrar el centenario del asesinato con una serie de acontecimientos culturales patrocinados en gran parte por Francia y también con la ayuda de Austria y posiblemente la Unión Europea.

Se producirá en un momento delicado en las relaciones internacionales, mientras las naciones occidentales acusan a Rusia, la potencia que respalda a Serbia, de prepararse para la anexión de la península ucraniana de Crimea mientras Moscú argumenta que está defendiendo a los rusos de secuaces occidentales en Kiev.

Los organizadores de los actos en Sarajevo, que esperan obtener financiación de la UE, dicen que se mantendrá al margen del asunto de si Princip fue un terrorista o un héroe.

El acto central será un concierto de la Filarmónica de Viena en el muy apreciado Vijecnica, el ayuntamiento de Sarajevo convertido en Biblioteca Nacional que fue quemado al inicio del asedio de la ciudad. El concierto supondrá su reinauguración.

El 27 de junio, el filósofo francés Bernard Henri-Levy, que apoyó el llamamiento de los bosniacos a una intervención internacional para detener la guerra en Bosnia, estrenará su última obra en Sarajevo, que lidia específicamente con el conflicto de 1992-95.

La República Serbia autónoma de Bosnia se ha negado a participar, excepto a acoger el Tour de Francia en la capital entre el 20 y 23 de junio.

En su lugar, los serbios planean su propia ceremonia en Visegrado, una ciudad famosa por la novela de Ivo Andric de 1945 "Un puente sobre el Drina", y de infame recuerdo cuando los paramilitares serbios lanzaron a sus víctimas desde el puente otomano en 1992 cuando las primeras ondas de la guerra sacudían el este de Bosnia.

Los acontecimientos serbios serán coreografiados por el cineasta Emir Kusturica, un bosniaco nacido en Sarajevo que luego adoptó la fe serbia ortodoxa, que planea una ópera sobre el asesinato y un documental sobre Princip.

Princip, que evitó la pena de muerte porque no tenía 20 años, murió de tuberculosis en su celda en 1918.

Algunos serbios que huyeron de la región natal de Princip están recaudando dinero para reconstruir su hogar familiar para el centenario. La casa se ha quemado tres veces, durante las dos guerras y de nuevo en 1995. Pierden el tiempo, dijo un familiar de Princip que gestiona un hotel en Sarajevo Este.

"Volverán a quemarla y destruirla", dijo el familiar, que conserva su nombre de pila, Gavrilo. "Nosotros la construimos y luego la destruimos. Así son las cosas en Bosnia".

/Por Matt Robinson y Daria Sito-Sucic/

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