
Los 'almogavers', guerreros mercenarios procedentes de Cataluña al servicio de la Corona de Aragón, dejaron su huella en los Balcanes, donde batallaron contra bizantinos, griegos y todos los habitantes que se les pusieron a tiro en la región.
Por las luchas armadas que protagonizaron en el siglo XIV, y especialmente, la llamada 'gran venganza' (sangrienta represalia de los soldados catalanes en Grecia tras el asesinato de su líder, Roger de Flor), los catalanes siguen teniendo, en la actualidad, muy mala fama entre las sociedades balcánicas.
La crueldad y violencia de sus combates ha pasado a la tradición literaria de estos pueblos, pese a que, precisamente, son estos soldados los que la historia catalana reivindica como grandes héroes.
Los 'monstruos' de los niños balcánicos
Los cuentos tradicionales en Albania, por ejemplo, se sustentan en la narración de gestas de los héroes locales contra los extranjeros dominadores, entre ellos, turcos y catalanes, como relata Ramón Sánchez Lizarralde en el prólogo de sus Cuentos populares albaneses.
En Grecia, se suele apelar a la "venganza de los catalanes" con el fin de maldecir a alguien.
El 'katallan', en diversos países balcánicos, es una figura que aterroriza a los niños, y que se representa en la tradición popular como un gigante guerrero cruel y sanguinario.
Los búlgaros también citan la crueldad catalana en su literatura nacional.
Pero es que a la imagen de sanguinarios que los catalanes cosecharon a finales de la Edad Media, se suman algunas rencillas actuales motivadas por aspectos políticos. Así, en Serbia, los catalanes no son bien recibidos debido a su afamada condición independentista (Kosovo declaró la independencia unilateral de Serbia en 2008).