Cultura

Los secretos que esconden los Guerreros de Xian

Los Guerreros de Xian. Imagen | EFE

Los Guerreros de Terracota es uno de los descubrimientos arqueológicos más cautivantes de los últimos años. Actualmente se encuentran asentados en el mausoleo Qin Shi Huang (259-210 a.C), en China, el monumento funerario de un emperador que unificó varios territorios durante 40 años y creó la primera dinastía china conocida. Ahora, Madrid expone por segunda vez la réplica de 170 guerreros a tamaño original.

Qin Shi Huang (259-210 a.C), se hacía llamar el Primer Emperador, fue una de las figuras más importantes de la historia. Entre las reformas públicas que impulsó es posible destacar la unificación de las tribus, la construcción de canales, de carreteras, de la Gran Muralla China y de los Guerreros de Xian.

A parte del atractivo visual que supone este ejército de barro, los Guerreros de Terracota cuentan con una serie de secretos que hacen de su figura una atracción más hechizante.

¿Por qué mandó construir un ejército sin vida? Es conocida la obsesión de Qin Shi Huang, junto al resto, por la inmortalidad. Los emperadores se empeñaban en llevarse a la tumba a todos los súbditos posibles para no permanecer solos: la antigua tradición enterraba a mascotas, concubinas y siervos en vida; sin embargo, con el tiempo fue desapareciendo y el sacrificio de personas fue sustituido por la sepultura de figuras de madera o barro.

Para demostras el enorme poder que tuvo en vida, el Primer Emperador ordenó enterrar junto a él a todos sus súbditos, hechos de barro y a tamaño real. Las obras durarían unos 38 años.

Descubiertos en 1974, los guerreros de Xian forman un auténtico ejército de terracota. Se disponen en varias fosas y en total está compuesto por más de 7.000 soldados representados con extremado naturalismo.

No hay ninguna cara igual a la otra, a pesar de la multitud de figuras. Son piezas únicas porque los artesanos trabajaron cuidando el detalle. En los rasgos de cada figura es posible observar incluso las distintas etnias. Además, en su mayoría estan provistos de las armas propias de la época.

Aunque ahora no conservan ningún tipo de color, en su día estuvieron pintados con vivas tonalidades, incluso llegó a inventarse una nueva, el púrpura chino, un pigmento elaborado con silicato de cobre conocido desde el I milenio a.C.

Un ejército para el ejército. El emperador chino se aseguró que la obra se construyese en tiempo récord y con una perfección asombrosa; por eso se aprovisionó de un 'ejército' de obreros. Cada uno se ocupaba de fabricar una parte del cuerpo de la figura, es decir, era un trabajo en cadena. Piernas y pies se elaboraban primero y más tarde se añadían los brazos y el cuerpo central.

No solamente han sido descubiertos guerreros, sino concubinas, siervos, caballos y algunos accesorios como carros de combate o armas.

El yacimiento tiene forma de pirámide invertida y al final de todo se encuentra la cripta de Qin Shi Huang, aún enterrada, situada en un palacio subterráneo por el que se cree que corren ríos de mercurio. Un tesoro a la espera de ser descubierto.

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