Cultura

Las habitaciones alquiladas online entre particulares crean dudas legales

LONDRES (Reuters) - Para la estudiante británica Carly Connor, una escapada a Londres sería imposible si tuviera que pagar un hotel, así que alquila una habitación en la casa de un londinense.

Connor, de 26 años, es una de las cada vez más personas que aprovechan un aumento en el número de propietarios que ofrecen una habitación para alquilar una o más noches, agradeciendo el dinero para relajar sus ajustados presupuestos de recesión.

Esta nueva era de hospitalidad que barre la industria de los viajes despegó tras el éxito del "couch surfing", en el que la gente se metía en Internet para reservar una cama gratis en una casa, y está encabezada por una serie de páginas que permiten a los turistas evitar hoteles y complejos turísticos.

"Muchas veces te encuentras con un anfitrión que está más que contento de indicarte unos pocos sitios interesantes de la zona que de otra forma te habrías perdido por completo", dijo Connor a Reuters.

Pero la creciente popularidad del alquiler entre particulares ha puesto sobre aviso a las autoridades de algunos países ante las posibles infracciones fiscales, sanitarias, de seguridad o de alquiler.

Martin Buck, director de ITB, la mayor feria de viajes del mundo, dijo que la popularidad de las estancias en viviendas ha sido impulsada por páginas como Airbnb, Wimdu, 9flats y HouseTrip, en las que los usuarios se ofrecen para alquilar parte o toda su casa a corto plazo.

Las ofertas en Airbnb, el sitio más grande del sector, rondan las 300.000 en 192 países desde las 10.000 a finales de 2009. La web se lleva una comisión de todas las reservas. Entre las ofertas hay apartamentos en Nueva York o cabañas en árboles en Costa Rica.

Pero Buck dijo que estas estancias no reguladas y la preocupación de en realidad se trate de hoteles ilegales es un tema candente en muchos sitios, incluyendo Berlín, donde tienen su sede Wimdu y 9flats.

"En algunas áreas de Berlín se habla de prohibirlo", comentó a Reuters. "Pero, ¿de verdad puedes prohibirle a la gente que utilice sus casas de forma privada como quieran? Plantea muchas cuestiones constitucionales y de derechos humanos".

¿VIVIENDA U HOTEL ILEGAL?

La creciente popularidad de Airbnb, que ha procesado unos cinco millones de estancias desde 2008, empieza a causarles fricciones con algunas autoridades.

Según Inc., una revista estadounidense centrada en empresas privadas en crecimiento, Airbnb ganó unos 100 millones de dólares en 2012, estimación basada en la comisión de entre el 6 y el 12 por ciento que cobra la web por habitación reservada.

Wimdu es el mayor competidor de Airbnb con 150.000 propiedades en catálogo desde que abrió en 2011. La empresa no hace públicos sus resultados. La rival 9flats tiene 90.000 propiedades.

Airbnb, lanzada en 2008, mantiene que la ley tiene que distinguir entre gente que ofrece sus habitaciones de forma ocasional y a los caseros que gestionan de forma ilegal edificios residenciales como si fueran hoteles.

Airbnb está haciendo campaña en Washington para pedir la revisión de las leyes de alquiler en EEUU, en un intento por crear un modelo para ciudades de todo el mundo.

El portavoz de la empresa Christopher Lukezic dijo entender que este movimiento está "creciendo en aguas inexploradas".

"Nuestro anfitrión habitual es un residente estable que, de media, sólo alquila su casa unas pocas semanas al año, para ayudarle a llegar a fin de mes", comentó Lukezic a Reuters.

"No sólo ayuda a aumentar el número de turistas que pueden permitirse visitar una ciudad, sino que también crea prosperidad económica para los ciudadanos de la ciudad que son anfitriones, a menudo en zonas de las ciudades donde no hay hoteles", dijo.

/Por Peter Myers/

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky