(Reuters) - Una dieta mediterránea rica en aceite de oliva, frutos secos, pescado, fruta y verdura puede ayudar a prevenir la enfermedad cardiovascular y las apoplejías, según un estudio de amplio alcance llevado a cabo en España.
Investigaciones pasadas sugerían que quienes seguían este tipo de dieta tenían corazones más saludables, pero esos estudios no podían descartar que la diferencia la marcaran otros aspectos de salud y estilo de vida.
Sin embargo, para este nuevo trabajo, publicado en el New England Journal of Medicine, los investigadores asignaron aleatoriamente a un grupo de voluntarios con riesgo cardiaco una dieta mediterránea u otra normal baja en grasa durante cinco años, lo que permitió al equipo seguir el efecto de la dieta en particular.
"Es una buena noticia, porque sabemos cómo impedir la principal causa de muerte, que son las enfermedades cardiovasculares, con una buena dieta", dijo Miguel Ángel Martínez-González, que trabajó en el estudio en la Universidad de Navarra.
Junto con otros colegas de otras partes de España, asignaron a casi 7.500 adultos mayores, aquejados de diabetes u otros riesgos cardiacos, uno de los tres grupos.
Dos grupos siguieron una dieta mediterránea - una reforzada con aceite de oliva virgen extra y la otra con frutos secos, con ayuda personalizada y reuniones en grupo. El tercer grupo en estudio comió una dieta "de control", que hacía énfasis en productos lácteos bajos en grasa, cereales y frutas y verduras.
En los cinco años posteriores, 288 participantes en el estudio tuvieron un ataque al corazón o una apoplejía, o murieron de cualquier tipo de enfermedad cardiovascular.
Los pacientes que siguieron las dos dietas mediterráneas, sin embargo, tuvieron entre un 20 y un 30 por ciento menos de posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular que quienes ingirieron una dieta general baja en grasa, dijeron los investigadores.
FUENTES BUENAS DE CALORÍAS
El nuevo estudio es el primero al azar que ha mostrado el beneficio de la dieta entre personas que inicialmente no tenían dolencias cardiacas, dijo Dariush Mozaffarian, que estudia nutrición y enfermedad cardiovascular en la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Es la mezcla de los componentes de la dieta mediterránea, y no un ingrediente en particular, lo que promueve la salud cardiaca, según Martínez-González.
"La calidad de las grasas de la dieta mediterránea es muy buena", dijo a Reuters Health. "Esta buena fuente de calorías sustituye otras fuentes malas de calorías. Además, hay una amplia variedad de comidas vegetales en la dieta mediterránea", añadió, citando legumbres y la fruta como postre.
Sugirió que las personas que quieran mejorar su dieta comiencen con pequeños cambios, como comer carne sólo una o dos veces a la semana, cocinar con aceite de oliva y beber vino tinto con las comidas en lugar de alcohol de más graduación.
Sustituir un tentempié rico en carbohidratos y grasas saturadas por un puñado de frutos secos también es un cambio que ayuda, según los expertos.
"Creo que es una combinación entre los que se come y lo que no", dijo Mozaffarian, que no participó en el estudio. "Las cosas que no se recomiendan son las harinas refinadas y los dulces, refrescos y carnes rojas y procesadas".
"La combinación de más cosas buenas y menos malas es importante".
Teresa Fung, investigadora en nutrición en el Simmons College de Boston, dijo que muchas personas que habían participado en el estudio tomaban ya medicación, como estatinas y medicamentos para la diabetes.
"Por lo que veo, incluso para quienes ya toman medicación, la dieta tiene un beneficio adicional importante", añadió. "Se trata de un grupo de alto riesgo, pero no creo que la gente deba esperar a convertirse en un paciente de alto riesgo para cambiar".
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