
El escritor Arturo Pérez-Reverte mostró este domingo a través de la red social Twitter su opinión acerca de la tragedia ocurrida esta semana en el Madrid Arena durante una fiesta de Halloween, en la que murieron cuatro jóvenes, una de ellas menor de edad.
Reverte critica "el reclamo publicitario 'Noche tétrica'" que usaron los organizadores. "El estúpido nombre de la convocatoria resultó apropiado", considera, argumentando que "es una triste paradoja que frivolicemos de ese modo la muerte (...) y cuando esta se presenta nos sorprenda".
El cartagenero se muestra preocupado por lo ocurrido al afirmar que había "más de diez mil jóvenes" en un "recinto cerrado" y con "alcohol y complementos habituales del alcohol", que en su opinión, "exigen un control de riesgos más eficaz, desde luego".
"La desidia, la ambición por recaudar, la imprevisión, la inseguridad y la ineficacia deben ser establecidas y castigadas con extremo rigor", apunta, añadiendo que "quien convirtió eso en un embudo mortal debe pagar por ello, y sus cómplicse por activa o por pasiva, privados o institucionaleS".
"Si es imposible garantizar la seguridad en una macrofiesta con 10.000 personas (y creo que es imposible), que no se permitan macrofiestas. Punto. No puede ponerse en peligro a miles de jóvenes de manera tan irresponsable, y según los indicios, repetida", propone, al tiempo que se lamenta afirmando temerse "que se repetirá".
Por otra parte, Reverte apunta que "convendría que los miles de jóvenes, con sentido común, calculasen sus propios riesgos y sus propios peligros y tomaran precauciones".
"Pero ahí está uno de los principales problemas: hoy nadie cree que puede morir, y los jóvenes menos que nadie. Vivimos creyendo que esto es una película en la que los muertos se levantan al acabar. Hemos convencido a los jóvenes de que la muerte es sólo Halloween y hasta hemos cambiado el día de Difuntos de siempre, de recordar a parientes y amigos muertos, por el frivoleo brujeril de las pelis gringas", relata.
"Hoy casi nadie sabe que va a morir de verdad, ni quiere saberlo aunque baste con mirar alrededor. Ni entre los jóvenes, ni entre los adultos. Y cuando el Halloween de verdad se presenta (y siempre acaba presentándose) los encuentra descuidos e indefensos", comenta el escritor.
Reverte concluye acordándose de otro factor, que según él, "olvidan mencionar": "el azar (...), la desgracia, la muerte, como ingredientes normales, como parte de la vida", ya que, expone, "siempre hubo desgracias: tsunamis, icebergs para los Titanics, y la previsión puede atenuar eso, pero no impedirlo".
Por este motivo, finaliza su argumentación preguntándose "si desgracias como la del Madrid Arena sirven realmente para recordarnos eso". "Y temo que no. Que en pocos días lo habremos olvidado", expone, por lo que cierra sus pensamientos en voz alta despidiéndose "hasta la próxima riada, hasta el próximo iceberg".