Cultura

El italiano encaramado a la cúpula del Vaticano deja su protesta

CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) - Un italiano, propietario de un chiringuito de playa, quien se encaramó a una cornisa en la cúpula de la Basílica de San Pedro en Roma para protestar contra los planes de abrir el sector empresarial de su país a una mayor competencia, descendió el miércoles después de 24 horas de protesta.

Marcello Di Finizio, propietario de un negocio de alquiler de sombrillas y tumbonas a bañistas, saltó la barandilla cerca del punto más alto de la cúpula de 137 metros el martes por la tarde para después descender hasta una repisa de una ventana de la cúpula.

Fue entonces cuando desplegó un cartel que decía: "¡Ayuda! ¡Ya está bien de Monti!, ¡Ya está bien de Europa!, ¡Ya está bien de multinacionales!"

Después de bajarse el miércoles dijo que mantendría una breve reunión con el ministro de Turismo, Piero Gnudi, para discutir los motivos de su protesta, la ira con la directiva de la Unión Europea y el plan del Gobierno italiano que obligará a efectuar subastas transparentes para las concesiones en primera línea de playa a partir de 2016.

"Realmente espero que se supere ahora y que podamos empezar de nuevo con nuestras pequeñas empresas y hacer que la economía empiece de nuevo", dijo a los periodistas y una pequeña multitud de seguidores.

"Algo que realmente me ha sorprendido en todo esto es que he pedido una reunión con el ministro de forma muy educada muchas veces y siempre me he topado con su negativa", dijo.

La protesta de Di Finizio fue un microcosmos de la oposición profundamente arraigada a la que se enfrenta el primer ministro Mario Monti cuando trata de reformar una economía fuertemente controlada por grupos con intereses especiales.

La medida de la subasta ha sido fuertemente rechazada por los clubes de playa que controlan el acceso a algunas de las playas más populares de Italia y que alquilan las sombrillas y tumbonas, que gustan a muchos bañistas italianos.

Las nuevas normas limitarán la duración de las licencias y sacarán a subasta las concesiones existentes, un cambio que los operadores dicen que les perjudicará y les dejará fuera pese a las inversiones que han hecho.

Dicen que las subastas favorecerán a las multinacionales extranjeras frente a los negocios locales más pequeños.

(Información de Antonio Denti; Traducido por Leticia Núñez)

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