Cultura

Los intentos de evitar la crisis alimentaria podrían empeorarla

LONDRES (Reuters) - Los intentos de grandes naciones importadoras de comida por proteger a su población de los efectos de una sequía estadounidense podría empeorar una situación ya mala de por sí, cinco años después de que el último salto en los precios de las cosechas provocase disturbios en algunos de los estados más frágiles del mundo.

Muchos gobiernos han vigilado de lejos la situación mientras la sequía en el cinturón agrícola de EEUU disparaba los precios del trigo, la soja y el maíz, esperando que el mercado se calmara en algún momento.

Sin embargo, su paciencia parece haber terminado y México, segundo mayor importador mundial de maíz y que en 2007 sufrió una "revuelta de la tortilla", hizo una gran compra la semana pasada.

Está creciendo el temor a que la sequía afecte también a la cosecha de trigo en la región del mar Negro, y los compradores del inestable Oriente Próximo se han lanzado también a los mercados.

"Un efecto cascada no es inconcebible y podría muy bien estar produciéndose, los precios del trigo se han disparado casi un 50 por ciento desde principios de julio", dijo J. Peter Pham, director del grupo de pensamiento estadounidense Atlantic Council.

"Si este resulta ser el caso, algunos de los estados más frágiles podrían verse sacudidos", añadió Pham, que también asesora a gobiernos europeos y estadounidenses sobre asuntos estratégicos.

En 2007/08, los precios de los alimentos subieron cuando un aumento en el del petróleo -que impulsó los costes de producción de fertilizantes químicos, por ejemplo- se combinó con la especulación en el mercado de materias primas y las restricciones a la exportación impuestas por algunos grandes estados agrícolas.

La emergencia alimentaria resultante golpeó sobre todo a los más pobres del mundo provocando disturbios en Egipto, Mozambique o México. Sin embargo, los precios pronto se derrumbaron de forma espectacular al desacelerarse la economía mundial, el crudo cayó de nuevo y los mercados apostaron a una demanda menor de materias primas.

Esta vez el problema es más simple, según algunos, que culpan a la sequía en EEUU, principal productor de maíz, trigo y habas de soja.

Los efectos son profundos, ya que el maíz no sólo se utiliza directamente para hacer comida, sino para alimentar ganado de carne y para fabricar etanol, que ha visto crecer su demanda entre los gobiernos que quieren cumplir sus objetivos de pasar al biocombustible y reducir su dependencia de combustibles fósiles.

Varios organismos, como agencias humanitarias, gobiernos y empresas de comida, concluyeron que el último auge en el precio no es tan serio como el de 2007/08. De hecho, Nestle, el mayor grupo alimentario del mundo, dijo que espera que los precios de materias primas bajen en el segundo trimestre de 2012.

La agencia alimentaria de Naciones Unidas también se mostró poco alarmada sobre el problema este año, aunque el jueves admitió los riesgos.

"Los precios tienen el potencial de seguir subiendo", dijo a Reuters el economista senior de la Organización para la Agricultura y la Alimentación, Abdolreza Abbassian. "Hay un potencial de que se desarrolle una situación como la que teníamos en 2007/08".

SEQUÍA EN ESPAÑA

La sequía también está afectando a regiones europeas como España, donde se espera que la cosecha de trigo caiga en torno a un cuarto este año en comparación con 2011. La crisis de deuda española ha exacerbado el problema, al casi cortar las líneas de crédito para todas salvo las grandes casas de comercio de grano.

Las reservas nacionales de grano son bajas y sólo bastarían hasta finales de agosto, según Miquel Ángel Berges, analista de la lonja Mercolleida.

"Podría ser un gran problema ya que muchas pequeñas y medianas empresas no tienen los recursos de financiarse a sí mismas (...) podríamos ver mataderos y productores de carne empezando a cerrar para final de año si no vemos una vuelta a los precios de junio", dijo.

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